Mayo de 2010

Mapa evolutivo de la interacción de humanos (Homo sapiens) y neandertales (Homo neanderthalensis). Autor: Antonio Rosas.

En enero de 2010, hice una anotación en este cuaderno titulada “Neandertales cada vez más humanos”, a raíz del hallazgo realizado en varias cuevas de la región murciana, por un equipo internacional de investigadores dirigidos por el portugués João Zilhão y el español Valentín Villaverde. El hallazgo consistió en unas conchas marinas, perforadas y/o teñidas con pigmentos, y utilizadas como adornos personales por los neandertales que habitaron en esas cuevas hace unos 50.000 años. Esto ha permitido atribuirles un pensamiento simbólico y una conducta artística que se consideraban característicos y exclusivos de los seres humanos.

Concluía aquella notación con la siguiente reflexión:

“En resumen, si una serie de rasgos hasta ahora considerados distintivos y exclusivos de los seres humanos, como el lenguaje, la creación de objetos artísticos y musicales, la conciencia de la propia muerte, etc., se encontraban también entre los neandertales, y si éstos los habían adquirido mediante un desarrollo cultural independiente y anterior al de los humanos, entonces tendríamos que hablar de dos especies de “humanidad” biológicamente diferentes, aunque una desapareció y la otra se adueñó de toda la Tierra. Y si esto es así, ¿no habría que repensar de nuevo en qué consiste la especificidad de eso que llamamos precisamente lo “humano” o la “humanidad”?.”

João Zilhão, el paleantropólogo luso antes citado, viene defendiendo desde hace tiempo la llamada “teoría indigenista”, según la cual hubo intercambio genético entre los neandertales y los cromagnones, dado que ambas especies eran casi iguales. Según esta teoría, los neandertales desaparecieron porque se mezclaron con los cromagnones y fueron absorbidos por ellos. Pero, hasta ahora, las investigaciones genéticas del ADN no habían confirmado esta explicación, sino que más bien la daban por excluida.

Aunque se hubiera dado contacto sexual y reproductivo entre ambas especies, decían muchos paleoantropólogos, la descendencia no habría sido fértil (como ocurre entre caballos y asnos, que engendran mulos no fértiles), por lo que no habría quedado rastro alguno de cruce genético entre neandertales y humanos.

Pues bien, otro equipo internacional de investigadores, en el que también participan varios científicos españoles, y que trabaja bajo la dirección de Svante Pääbo, responsable del Neandertal Genome Project y miembro del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania), ha conseguido secuenciar el genoma completo del Homo neanderthalensis, un gran proyecto que empezó hace cuatro años y gracias al cual ha podido comprobar que los humanos modernos compartimos con los neandertales entre el 1 y el 4% de nuestro ADN. Esto quiere decir que hubo contacto genético y descendencia fértil entre ambas especies, en contra de lo que se pensaba mayoritariamente hasta ahora.

Estas son las principales conclusiones de un artículo científico publicado en la prestigiosa revista Science en su número del pasado 7 de mayo, y divulgado ese mismo día por la prensa de todo el mundo.

Para reconstruir el genoma neandertal completo, del que ahora se publica el primer borrador de un 60% del ADN, los científicos se han basado en tres pequeñas muestras, procedentes de tres huesos distintos, pertenecientes a tres individuos femeninos de entre 38.000 y 44.000 años de antigüedad, todos ellos del yacimiento de Vindija en Croacia. El borrador se complementó con la secuenciación parcial de otros tres neandertales, procedentes de la cueva del Sidrón (Asturias), cuyo equipo participa en el proyecto, Mezmaiskaya (Rusia) y Feldhofer (Alemania).

Para situar el genoma neandertal en el contexto evolutivo, se secuenciaron además cinco genomas humanos completos: el de un sudafricano del grupo San, el de un africano del grupo Yoruba, el de un chino Han, el de un francés y el de un nativo de Papúa-Nueva Guinea.

Los resultados revelan que 78 genes (83 según otro método), de los más de 23.000 existentes, son probablemente distintos en los humanos y los neandertales, y que entre un 1% y un 4% del material genético humano moderno procede de la especie extinguida, lo que indica que sí hubo mestizaje. El porcentaje relativamente bajo de ADN de neandertal en el genoma del humano moderno sugiere, no obstante, que el mestizaje fue bastante limitado.

“Los neandertales son más parecidos a los humanos de otros continentes diferentes de África que a los africanos”, explica Pääbo. “Esto indica que la hibridación se produjo después de que el Homo sapiens empezara a salir de África, seguramente en Oriente Próximo y durante poco tiempo, antes de que evolucionaran las distintas ramas euroasiáticas”.

Según ha explicado Carles Lalueza-Fox, uno de los científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) implicados en este trabajo, una de las conclusiones más llamativas es que “hay fragmentos enteros de cromosomas que tenemos los humanos modernos no africanos que son idénticos en los neandertales.” Esto apuntaría a que “hubo un momento de contacto” o “flujo génico” entre ambas especies, aunque se habría tratado de un contacto relativamente breve y localizado, en un momento más o menos fechable entre 80.000 y 50.000 años, y en un lugar más o menos situado en Oriente Próximo, después de que los humanos modernos abandonaran África.

“El flujo génico descubierto únicamente puede detectarse de neandertales a humanos modernos, por la dinámica expansiva de las poblaciones humanas modernas, pero no es descartable que fuera bidireccional. Por el contrario, no hay rastros de que hubiera flujo génico después, cuando nuestros antepasados entraron en Europa hace 40.000 años”, explica Antonio Rosas, paleobiólogo del CSIC y miembro del equipo.

El ya citado Carles Lalueza-Fox, miembro del equipo junto a Marco de la Rasilla, Javier Fortea y Tomas Marques-Bonet, afirma: “Esta teoría es totalmente novedosa, y no se ajusta a ninguno de los dos modelos extremos tradicionalmente planteados y conocidos como hipótesis fuera de África e hipótesis multirregional. El primero postula una salida reciente fuera de África sin cruzamientos con otras especies humanas más arcaicas, mientras que el segundo postula una evolución local en cada continente a partir de una migración muy antigua, cercana a los dos millones de años. El nuevo modelo planteado por el genoma neandertal podría definirse como fuera de África con hibridación con neandertales en la salida”.

Los investigadores también usaron el genoma del neandertal para producir la primera versión de un catálogo de variaciones genéticas que existen en todos los humanos modernos pero que no se encuentran en los neandertales o en los simios. Aseguran que este catálogo será valioso para los científicos que estudian qué es lo que separa a los humanos de otros organismos.

“Estas variaciones indican que son buenas mutaciones, beneficiosas de alguna forma en la evolución. Esto ilumina nuestra historia evolutiva, al identificar regiones del ADN candidatas a explorar para comprender lo que cambió en los humanos modernos desde que se separaron evolutivamente y por qué”, resume Richard E. Green, de la Universidad de California, primer firmante del artículo que publica Science.

Reproduzco aquí las palabras del investigador Carles Lalueza-Fox, tomadas de su artículo "La definición de la humanidad" (El País, 7-05-2010):

“Con los datos generados por el Proyecto Genoma Neandertal podemos empezar por fin a construir una definición objetiva de lo que significa ser humano. Este ideal, perseguido desde hace milenios por teorías filosóficas sin base empírica, puede acotarse estudiando aquellos genes que son diferentes entre los neandertales y nosotros. De momento, el borrador genómico neandertal ha proporcionado un heterogéneo listado de 78 genes con cambios de aminoácido (que por tanto, presumiblemente, afectan a su función) entre ambos linajes humanos. En esta lista encontramos de todo, genes implicados en el metabolismo, en la cognición, en la fisiología, la morfología de la piel, el desarrollo esquelético o la percepción olfativa (…) Todas estas evidencias parecen indicar que podría haber diferencias sustanciales en aspectos cognitivos entre nosotros y los neandertales. Pero un cambio genético no nos informa directamente de su repercusión en la función en el organismo vivo. Para poder entender el listado de humanidad deberemos llevar a cabo estudios funcionales con cada uno de estos genes, si es preciso mediante la neandertalización de ratones (es decir, creando ratones transgénicos con genes neandertales). Este trabajo durará muchos años, pero nos permitirá entender al fin en qué somos diferentes de los otros humanos del pasado, en qué somos únicos. Nos permitirá, en cierta manera, ser nosotros mismos.”

Por supuesto, es muy importante llegar a conocer con exactitud la especificidad del genoma humano en relación con el genoma neandertal. Pero pretender que eso es suficiente para “construir una definición objetiva de lo que significa ser humano”, más aún, para “ser nosotros mismos”, sencillamente es una ingenuidad y una falsedad.

No hay nada más equivocado -y nada más peligroso- que reducir la identidad del “nosotros” humano a la mera constitución genética de la especie Homo sapiens, ignorando por completo que esa identidad se construye también mediante la interacción con el medio físico y con los otros seres vivientes (humanos y no humanos), una interacción que a su vez provoca el desarrollo de las conexiones neuronales del cerebro de cada criatura. Dicho en otros términos, la identidad humana no depende sólo de la herencia genética sino también de la transmisión cultural, y por tanto es inseparable del proceso histórico de autoconstitución y autoafirmación ético-política de un “nosotros” y de un “yo” siempre singulares, un proceso abierto e incierto en el que no cesan de redefinirse los límites de lo “humano”. Por ejemplo: ¿acaso el hecho de que los neandertales sean genéticamente diferentes a nosotros nos permite negarles el estatuto ético-político de “humanidad”, a pesar de que hemos tenido “flujo genético” -y, por tanto, relaciones de parentesco- con ellos?

Última actualización: mayo_2010 31/05/2010 00:41


Durante tres miércoles de este mes de mayo (lo días 5, 12 y 26), se ha celebrado un ciclo de conferencias en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Murcia, titulado “Nietzsche hoy”, organizado a iniciativa de los alumnos y coordinado por el profesor Eduardo Bello Reguera.

El ciclo se ha centrado en los cuatro volúmenes de Fragmentos póstumos de Friedrich Nietzsche, cuya versión española ha sido publicada por la editorial Tecnos, como primer paso de la edición de las Obras completas, que contará con un total de ocho volúmenes. De hecho, los tres conferenciantes invitados a Murcia son tres de los investigadores que han participado en la edición, traducción y anotación de los Fragmentos póstumos, y que participan también en el resto de las Obras completas.

En este mismo cuaderno de notas, y concretamente en diciembre de 2007, escribí una anotación en la que ya daba cuenta de la edición española de los Fragmentos póstumos de Nietzsche. En aquella ocasión, reseñé la conferencia dada en nuestra Facultad por el profesor Diego Sánchez Meca, que dirige la edición de las Obras Completas de Nietzsche.

En esta ocasión, nos han visitado Jesús Conill, catedrático de la Universidad de Valencia (que dio la conferencia del 5 de mayo, con el título “Poetizar el pensamiento: el volumen III de la edición castellana de Fragmentos póstumos”); Joan Bautista Llinares, igualmente catedrático de la Universidad de Valencia (cuya conferencia versó sobre “Dostoievsky y Tolstoi: el interés de un hallazgo novedoso en los Fragmentos póstumos”); y, una vez más, Diego Sánchez Meca, catedrático de la UNED (con la conferencia “La nueva filosofía de los Fragmentos Póstumos y su trasfondo científico”).

No me fue posible asistir a la charla de Jesús Conill. En cambio, tuve oportunidad de escuchar las otras dos. La de Joan Bautista Llinares me pareció novedosa y fascinante: novedosa, porque me hizo conocer la decisiva influencia de Dostoievsky y Tolstoi en los dos últimos años de lucidez de Nietzsche (y, en concreto, en sus reflexiones sobre el nihilismo, el cristianismo y la figura de Jesús como un “idiota”), tal y como se pone de manifiesto en los fragmentos póstumos, en las cartas de esos años y en sus dos últimas obras escritas para ser publicadas: Crepúsculo de los ídolos y El Anticristo; y fascinante, porque Llinares, a quien no conocía personalmente, nos demostró que es posible combinar una amplia y rigurosa erudición con una genuina y contagiosa pasión por el conocimiento.

La conferencia de Diego Sánchez Meca se ocupó del “trasfondo científico” que está presente en los fragmentos póstumos de Nietzsche. Según Sánchez Meca, las ideas fundamentales de Nietzsche (la voluntad de poder, el eterno retorno y el superhombre) están relacionadas con los debates científicos de la época. Así, Nietzsche habría tratado de dar una versión cosmológica del eterno retorno en su polémica con los dos primeros principios de la termodinámica: el principio de la conservación de la energía y el principio de la entropía.

En cuanto a las ideas de voluntad de poder y de superhombre, Nietzsche las habría elaborado en relación con el pensamiento evolucionista de Charles Darwin: el alemán habría tomado del inglés la idea de la vida como lucha y la pertenencia del hombre al mismo mundo natural que el resto de los animales, pero habría rechazado que esa lucha consistiera en la mera adaptación al medio y que tuviera como fin la mera autoconservación. Para Nietzsche, la vida tiene un poder de autoconfiguración y de configuración del mundo circundante, y su fin no es la mera autoconservación sino más bien la intensificación, el aumento, el ser siempre más, en una palabra, la voluntad de poder.

Estas ideas de Nietzsche estarían en consonancia con la biología del desarrollo, y en particular con las teorías embriológicas y epigenéticas que pusieron fin al preformacionismo hasta entonces dominante, y que fueron elaboradas por Caspar Friedrich Wolf, Johann Friedrich Blumenbach, Christian Pander, Karl Ernst von Baer y Heinrich Rathke.

Tras la conferencia, mantuvimos un interesante debate sobre la relación de Nietzsche con Darwin y con Demócrito (sobre quien pensó realizar su tesis de doctorado, aunque no llegó a escribirla y sólo dejó algunas notas al respecto), y comentamos el paralelismo que a este respecto se da con Marx, pues éste también mantuvo una relación de afinidad y de diferencia con Darwin y con Demócrito (Marx sí llegó a escribir su tesis de doctorado, precisamente sobre el materialismo de Demócrito y de Epicuro). Sin embargo, Marx era un judío que creía en la igualdad, en la democracia radical y en el socialismo, mientras que Nietzsche se consideraba un aristócrata pagano y rechazaba la igualdad, la democracia y el socialismo.

Diego Sánchez Meca dijo haber llegado al convencimiento de que la clave para interpretar a Nietzsche es su defensa de la libertad, pero yo no estoy muy seguro de que esa clave sea suficiente, porque también Marx, por ejemplo, se consideraba un defensor de la libertad, a pesar de que ambos la pensaban de un modo muy diferente. Además, como muy bien supo ver Hannah Arendt, ni Marx ni Nietzsche pensaron la libertad en una clave propiamente política, es decir, en clave republicana y democrática.

Por cierto, acaba de aparecer un libro de Nicolás González Varela, titulado precisamente Nietzsche contra la democracia. El pensamiento político de Friedrich Nietzsche (1862-1872) (Barcelona, Montesinos, 2010). Espero poder ocuparme de este libro próximamente. Puede consultarse la elogiosa reseña publicada el 20-05-2010 por Salvador López Arnal en rebelión.org, con el título “Un ansiado acontecimiento filosófico”.

Última actualización: mayo_2010 28/05/2010 14:20


Se ha celebrado en la ciudad de Murcia, durante los días 28, 29 y 30 de abril, el XLVII Congreso de Filosofía Joven, en torno al tema “Filosofía y crisis a comienzos del siglo XXI”.

Estos encuentros filosóficos tienen ya una larga historia de casi cincuenta años: comenzaron llamándose Convivencias de Filósofos Jóvenes (de 1963 a 1973), luego pasaron a denominarse Congreso de Filósofos Jóvenes (de 1974 a 2008) y desde 2009 han adoptado el nombre de Congreso de Filosofía Joven. Este último cambio de denominación, acordado en Granada en 2008, se ha debido a la creciente presencia y pujanza de las jóvenes filósofas.

Es sorprendente que estos encuentros filosóficos hayan venido celebrándose anualmente, de forma casi ininterrumpida, desde 1963. Solo en 1969 dejaron de celebrarse, debido al «estado de excepción» decretado por Franco. Y es aún más sorprendente si se tiene en cuenta que no hay tras ellos ninguna institución o asociación filosófica que los organice y que garantice su continuidad. Cada año, al finalizar el congreso, los asistentes deciden en asamblea la temática del próximo encuentro y la nueva sede organizadora. Generalmente, es un determinado departamento universitario el que se ofrece como anfitrión, o simplemente un grupo de profesores y estudiantes del mismo.

A pesar de esta falta de soporte institucional, o precisamente por ello, el Congreso de Filosofía Joven ha sido un fenómeno fundamental en las tres décadas de la transición filosófica española (los años sesenta, setenta y ochenta), pues ha dado cabida a los más vivos y estimulantes debates entre los “analíticos”, los “dialécticos” y los “nietzscheanos”. Yo recuerdo haber asistido a algunos congresos celebrados durante los años setenta, cuando cursaba mis estudios universitarios, y he de confesar que los debates eran muy intensos y divertidos.

Además, el Congreso de Filosofía Joven ha sobrevivido a la LRU de 1983 y a la consiguiente fragmentación del campo filosófico español en “áreas” académicas separadas e incluso enemistadas entre sí. Y, gracias a ello, se ha convertido en la institución más duradera y renovadora de la filosofía española, más aún, en el único espacio común donde hoy pueden encontrarse los jóvenes filósofos y filósofas de España y de otros países, sea cual sea su orientación intelectual y el área temática en la que trabajen.

En esta ocasión, el XLVII Congreso de Filosofía Joven ha sido organizado por el Seminario de Jóvenes Investigadores en Filosofía y Ciencias Sociales, vinculado al Departamento de Filosofía de la Universidad de Murcia, y por la Asociación de Estudiantes de Filosofía (ASEFI), vinculada a la Facultad de Filosofía de la misma Universidad. Ha contado con el patrocinio de CajaMurcia y con la colaboración de la Facultad de Filosofía, la Universidad de Murcia y la Sociedad de Filosofía de la Región de Murcia.

Como ponentes invitados, han participado; Francisco Jarauta, catedrático de Filosofía de la Universidad de Murcia, que habló sobre “Filosofía y mundialización: un nuevo cosmopolitismo”; Louis Pinto, director de investigación del Centro de Sociología Europea, integrado en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, que habló sobre “¿Qué es un filósofo francés?”; José Luis Moreno Pestaña, profesor titular de Filosofía de la Universidad de Cádiz, que habló sobre “Antitotalitarismo, izquierda y neoliberalismo: el caso de Michel Foucault”; Antoni Domènech, catedrático de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Barcelona, que habló sobre “Filosofía política y capitalismo”; y Carlos Fernández Liria, profesor titular de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, que habló sobre “Ilustración y capitalismo a comienzos del siglo XXI”.

Además de estas cinco ponencias invitadas, el Congreso ha contado con tres talleres y veintiuna mesas de debate, en las que se han presentado ciento diez comunicaciones. Los participantes han venido de más de veinte universidades españolas, y de algunas otras hispanoamericanas, francesas y portuguesas.

Las actas del Congreso se han entregado a todos los participantes en formato CD. Además, han sido publicadas digitalmente por EDITUM (Ediciones de la Universidad de Murcia), con su correspondiente ISBN, y esta publicación se encuentra indexada en las principales bases de datos. Una selección de las ponencias y comunicaciones se va a editar también en papel. Por último, se ha elaborado un excelente documental para recoger en formato audiovisual algunos de los momentos más significativos del Congreso. El documental puede verse en vimeo o en el blog del Congreso.

En resumen, el Congreso ha sido magnífico por la excelente organización, por el número y procedencia de los participantes, y por el interés de las ponencias y comunicaciones presentadas. Así que quiero felicitar desde aquí a los becarios del Departamento de Filosofía de la Universidad de Murcia, porque su labor de tantos meses ha merecido la pena.

En la asamblea final, se acordó que el Congreso de 2011 se celebre en Donosti (San Sebastián), mediante la colaboración entre los jóvenes investigadores de la Facultad de Filosofía de la Universidad del País Vasco y los del Instituto de Filosofía (Centro de Ciencias Humanas y Sociales, CSIC) de Madrid. El tema elegido: “Filosofías subterráneas”. En cuanto al Congreso de 2012, se celebrará en la Universidad de Cádiz, coincidiendo con el bicentenario de la Constitución de 1812.

Mi participación en este Congreso ha consistido en presentar la ponencia de mi buen amigo José Luis Moreno Pestaña, asistir a las ponencias de Louis Pinto y de Antoni Domènech, y a algunas comunicaciones sobre biopolítica y sobre cosmopolitismo, y, por último, hacer de anfitrión con Louis Pinto y con su compañera Josiane, a quienes he tenido el placer de conocer personalmente. En resumen, unos días muy fecundos y muy gratos.

Última actualización: mayo_2010 03/05/2010 20:47

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