El viernes 4 de abril de 2014, di una conferencia titulada “El concepto de amor en Hannah Arendt”, en el marco del IV Ciclo Internacional de Conferencias Primaveras arendtianas, coordinado por Fina Birulés y celebrado en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Barcelona.
Como es bien sabido, la profesora Fina Birulés, además de ser una de las creadoras e impulsoras del Seminari Filosofia i Gènere (que viene funcionando desde 1990 en la Universidad de Barcelona), es también una de las más reconocidas estudiosas del pensamiento de Hannah Arendt, y una de las principales introductoras de su obra en España. Yo ya había colaborado con ella en varias actividades relacionadas con Hannah Arendt: un monográfico que coordiné para la revista Daimon (nº 26, 2002), el Congreso Internacional Centenario de Hannah Arendt, celebrado en la Universidad Autónoma de Madrid y coordinado por Rafael del Águila y Cristina Sánchez (2006), y un Simposio Arendt en diálogo con los desafíos de hoy, coordinado también por Cristina Sánchez en el marco del IV Congreso Iberoamericano de Filosofía, celebrado en Santiago de Chile (2012).
Por cierto, esas tres ocasiones han sido también el origen de los tres artículos que he dedicado hasta ahora al pensamiento de Hannah Arendt: “Espacios de aparición. El concepto de lo político en Hannah Arendt”, “El lugar del juicio. Filosofía, política e historia en Hannah Arendt” y “Animal político. Aristóteles, Arendt y nosotros”. Los dos primeros han sido recogidos en mi libro El lugar del juicio (Madrid, Biblioteca Nueva, 2009) y el tercero aparecerá próximamente en Revista de Filosofía (2014).
Por eso, cuando Fina me invitó a participar en sus Primaveras arendtianas, decidí abordar un tema al que se ha prestado muy poca atención en los estudios sobre Hannah Arendt, del que yo mismo no me había ocupado hasta ahora, y al que sin embargo llevaba dando vueltas desde hace algún tiempo: la experiencia del amor y su importancia en la vida y en la obra Hannah Arendt. El título de mi conferencia, evidentemente, es una alusión al título de la tesis doctoral de la propia Arendt: El concepto de amor en san Agustín (presentada en 1928, a la edad de 22 años, y publicada en 1929).
Resumiré aquí muy brevemente la tesis central de la conferencia:
Desde Los orígenes del totalitarismo (1951) y La condición humana (1958), Hannah Arendt fue reconocida como una teórica de la política, por su análisis de los regímenes totalitarios, su crítica del economicismo moderno y su recuperación de la “tradición oculta” del republicanismo cívico; tras la edición póstuma de La vida del espíritu (1978) y las Conferencias sobre la filosofía política de Kant (1982), comenzó a ser reconocida también como una de las grandes filósofas del siglo XX, por su cuestionamiento de la jerarquía tradicional entre la vita contemplativa y la vita activa. En cambio, sus reflexiones sobre el amor han sido menospreciadas como trabajos de juventud o como confesiones meramente privadas. Frente a esta interpretación dominante, pretendo mostrar que la experiencia del amor -en su triple dimensión ética, política y cósmica- es el hilo conductor que entreteje la vida y la obra de Hannah Arendt, y la fuente secreta de la que mana todo su pensamiento filosófico y político.
La conferencia contó con una nutrida asistencia, incluida mi antigua alumna Miriam Solá, que ahora se dedica al estudio de los “transfeminismos”. Entre los asistentes se encontraban también varias personas especializadas en el pensamiento arendtiano, como las que han creado el Grup Arendtià de Pensament i Política (GAPP): además de Fina Birulés, el grupo lo componen Stefania Fantauzzi, Àngela Lorena Fuster, Matías Sirczuk, Edgar Straehle, Thiago de Castro y Christine Harckensee-Roth (del Hannah Arendt-Zentrum, Universität of Oldenburg, que también intervenía en el IV Ciclo de las Primaveras arendtianas). Mi propuesta de interpretación les pareció novedosa, pero también arriesgada y problemática, así que en el coloquio posterior me plantearon varias cuestiones que me obligaron a precisar y matizar mis ideas.
Tras la conferencia, tuve ocasión de comer y de seguir conversando con varios miembros del GAPP. Mi estancia en Barcelona concluyó con un grato paseo vespertino por el barrio del Raval, donde se encuentra la Facultad de Filosofía.
Última actualización: abril_2014 03/05/2014 12:36
Derechos de reproducción: Todos los documentos publicados por Antonio Campillo Meseguer en esta web pueden ser reproducidos bajo la licencia Creative Commons