En pleno centro de la ciudad de Murcia, junto al Palacio de San Esteban (un antiguo colegio de los jesuitas, construido en el siglo XVI y actualmente sede del Gobierno regional), había un jardín que era propiedad de la Comunidad Autónoma, y que estaba rodeado por un mercadillo permanente de artesanía. El Gobierno regional decidió ceder el solar al Ayuntamiento de Murcia, para construir en él un aparcamiento de cinco plantas, el enésimo aparcamiento subterráneo de la ciudad, contiguo al de El Corte Inglés y a otro que se está construyendo en la Avenida de la Libertad. Nada menos que tres aparcamientos contiguos.
Este proyecto suscitó la oposición de los artesanos del mercadillo, pero también del Colegio de Arquitectos, de la Plataforma Carril Bici y de varios miles de ciudadanos, que rechazaban la proliferación de aparcamientos subterráneos como una política incompatible con el Protocolo de Kyoto, con la Agenda 21 y, más concretamente, con las exigencias de una movilidad sostenible. En lugar de ello, reclamaban una ciudad con menos coches, con una red de carriles bici (ahora inexistente) y con una mejora del transporte público.
A todas las objeciones anteriores se sumaba otra: la posibilidad de que en el subsuelo hubiera restos arqueológicos. Una posibilidad señalada por Javier García del Toro, profesor de la UMU, y reconocida en un informe técnico de la Subdirección General de Protección del Patrimonio. Pues bien, el Ayuntamiento de Murcia, gobernado por el PP, hizo caso omiso de todos estos argumentos y continuó adelante con el proyecto, adjudicándoselo a una empresa estrechamente relacionada con la administración municipal y regional: La Generala. En cuanto a la posible connivencia entre intereses privados e intereses públicos, eso es algo que está ahora mismo en manos de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Murcia.
Sin embargo, el proyecto se ha encontrado con un obstáculo inesperado: tras seis meses de excavaciones, se han descubierto unos restos arqueológicos de una gran extensión y de una enorme importancia histórica y cultural. Los restos pertenecen, según los expertos, a un barrio árabe de los siglos XI al XIII, denominado arrabal de la Arrixaca (es decir, el barrio extra-muros considerado Elegante), y mencionado ya por Alfonso X el Sabio. El yacimiento tiene una extensión de 10.000 m2 y cuenta con unas 100 casas. Los alzados de las viviendas, una vez recuperados los niveles del siglo XII, pueden llegar a tener 2 metros de altura. Además, se han encontrado 5 palacios, uno de ellos de 500 m2, una pequeña mezquita y una necrópolis. El callejero es del siglo XII, sobre el que se superponen estructuras del siglo XIII.
En resumen, es una trama urbana andalusí única en Europa. Se trata de un inmenso tesoro arqueológico, histórico y cultural. Es una especie de regalo que nuestros antepasados nos han legado y que de forma inesperada ha aflorado en el centro de la ciudad. La ironía del caso es que todo esto está sucediendo al pié de la Iglesia de San Esteban, que ahora es una sala de exposiciones y en la que casualmente se está realizando una exposición dedicada a Alfonso X el Sabio y a la Murcia del siglo XIII.
A pesar de la enorme trascendencia de este hallazgo, avalada por todos los especialistas que se han manifestado al respecto, las autoridades regionales y municipales parecen empeñadas en seguir adelante con la construcción del aparcamiento, lo que supondría el desmantelamiento y, por tanto, la completa destrucción del yacimiento en su actual estado, es decir, como una trama urbana de incalculable valor histórico.
Así se sugiere en el informe técnico hecho público por la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales, en el que se propone desmontar los restos de los palacios y de la mezquita, llegando a considerar la destrucción del resto del yacimiento. Una vez desmontados los palacios y la mezquita, se dice que volverían a ser repuestos a cota cero, por encima del aparcamiento, y que serían musealizados.
Esta propuesta oficial contradice abiertamente la opinión mayoritaria de los especialistas, la legislación española sobre Patrimonio Histórico y las recomendaciones recogidas en las Cartas Internacionales de protección del patrimonio, que proponen la conservación “in situ” de todos los restos que poseen un alto valor arqueológico, histórico y cultural.
Ante el riesgo de que las autoridades regionales y municipales lleven adelante su disparatado propósito de destruir el yacimiento arqueológico para construir en su lugar un nuevo aparcamiento, se ha producido en la sociedad civil murciana una movilización sin precedentes, de la que se han hecho eco los medios regionales y nacionales de prensa, radio y televisión.
Se han multiplicado toda clase de iniciativas cívicas: un manifiesto publicado el 2 de diciembre en la prensa regional (La Verdad y La Opinión) por unos 180 artistas, escritores, profesores, investigadores y profesionales; una Plataforma Ciudadana por la Defensa del Patrimonio Arqueológico de San Esteban, que ha denunciado la situación ante la Fiscalía, que ha entregado una carta al Príncipe Felipe, que ha propuesto la declaración del yacimiento como Bien de Interés Cultural y su conversión en un Parque Arqueológico Urbano, y que ha instalado una webcam permanente para vigilar el yacimiento; una página en Facebook que cuenta ya con más de 16.000 inscritos; manifestaciones ciudadanas que periódicamente “abrazan” el yacimiento con una cadena humana; y un número creciente de asociaciones ciudadanas, sindicatos, colegios profesionales, etc., que se están sumando a esta amplia movilización de la ciudadanía murciana.
Ante un hallazgo arqueológico de tanta trascendencia, ante el riesgo de que pueda ser destruido, y ante la amplia respuesta ciudadana que reclama su protección, un grupo de treinta profesores e investigadores de la Universidad de Murcia hemos dirigido una carta abierta al Rector, con fecha 9 de diciembre, para manifestarle que nuestra universidad no puede permanecer al margen.
La Universidad de Murcia es el más importante centro de formación, de investigación y de cultura de la Región de Murcia. Sería incomprensible que no hiciera oír públicamente su voz autorizada y competente en una cuestión tan relevante para la ciudad, para la Región y, en general, para la conservación del patrimonio cultural de la humanidad.
Por todo ello, hemos solicitado al Rector que tome las medidas oportunas para promover un pronunciamiento oficial de la Universidad de Murcia en defensa de la conservación “in situ” del yacimiento arqueológico de San Esteban. Creemos que un pronunciamiento así contará con el apoyo mayoritario de la comunidad universitaria.
Postdata a la nota del 9 de diciembre
El miércoles 9 fue un día memorable. A las 8 de la mañana comenzaron a desmantelar el yacimiento, la webcam de la Plataforma Ciudadana registró el hecho, la gente se movilizó inmediatamente, circularon los correos y los sms, unas cuantas personas acudieron a bloquear la entrada y salida de camiones de las obras, otras fueron a poner una nueva denuncia a la Fiscalía. Mientras tanto, yo había enviado una carta al Rector, suscrita por treinta profesores e investigadores de la UMU, pidiendo un pronunciamiento oficial de la Universidad de Murcia (que aún no se ha producido, aunque las firmas son ya setenta). El Consejero de Cultura, Pedro Alberto Cruz, hace unas declaraciones en un programa matutino de la radio, diciendo que el movimiento ciudadano es “contradictorio y esquizofrénico”.
A las 4.30 de la tarde, a petición de la Fiscalía, la jueza de guardia ordena la paralización del desmantelamiento, abre una investigación sobre posibles delitos cometidos por los responsables técnicos y políticos, y anuncia que pedirá informes a expertos y organismos independientes sobre el modo de preservar el yacimiento. Un par de horas después, se difunde una declaración de Valcárcel, en la que proclama la renuncia definitiva del PP a la construcción del aparcamiento y anuncia que se creará una comisión de expertos para estudiar, conservar y musealizar el yacimiento (que es exactamente lo que pedía la Plataforma Ciudadana). Poco después, sale el alcalde diciendo que está de acuerdo con el presidente.
En resumen, una victoria en toda regla del movimiento ciudadano murciano contra una decisión del gobierno del PP. ¡La primera victoria en quince años! Por la noche, acudí a la asamblea de la Plataforma Ciudadana. Estaba todo el mundo eufórico, aun sabiendo que todavía queda mucho por hacer. El 19 habrá una gran marcha festiva y reivindicativa. Mientras tanto, la Plataforma Ciudadana y los partidos piden que se depuren responsabilidades penales y políticas. Y los mismos cargos del PP que hasta el día 9 por la mañana defendían a toda costa el desmantelamiento del yacimiento y la construcción del aparcamiento, ahora tienen la desfachatez y el cinismo de presentarse como los verdaderos salvadores del yacimiento. Vivir para ver.
Última actualización: diciembre_2009 12/12/2009 21:00
Los días 26 y 27 de noviembre, participé en el Seminario “Filosofía de la historia y valores en el Europa del siglo XXI”, coordinado por Concha Roldán Panadero. El seminario se celebró en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales de Madrid, en donde estoy realizando una estancia de investigación durante el presente curso 2009-2010.
El primer día, presentamos sendas ponencias el profesor Antonio Pérez Quintana y yo. El profesor Pérez Quintana, de la Universidad de La Laguna, habló de Husserl y de su idea de Europa en los años de entreguerras, sobre todo a partir de La crisis de las ciencias europeas.
Yo hice una intervención titulada “Animal político”, en la que expuse mi trayectoria investigadora de los últimos años (centrada en la tesis del “equilibrio antropológico” y en el “doble concepto de lo político”) y mi plan de trabajo para el presente curso (centrado en la relación entre vida y política, y en la necesidad de repensar la condición política de la vida humana, más allá de la disyuntiva entre el dualismo metafísico-teológico y el monismo físico-biológico).
El segundo día, intervinieron la profesora argentina Rosa Belvedresi, de la Universidad Nacional de La Plata (que hizo una fenomenología de la experiencia histórica y la puso en relación con la historia reciente de Argentina), y el profesor Manuel Cruz, de la Universidad de Barcelona (que cuestionó el excesivo recurso al pasado, a la memoria y a la identidad de víctimas, y en cambio apeló a la necesidad de reinventar el futuro).
Dado el público asistente al Seminario (más de veinte investigadores, procedentes de diferentes países, centros de investigación y universidades), el debate que siguió a cada una de las ponencias fue muy intenso y fecundo.
El sábado 29 de noviembre, viajé a la isla de Tenerife, para participar en el Foro Internacional Razón, utopía y ética de la emancipación ante el centenario de la independencia iberoamericana, organizado por la Universidad de La Laguna y el Centro de Estudios Interdisciplinares Latinoamericanos (CEILAM), coordinado por las profesoras Ángela Sierra y Kory González, y celebrado del 30 de noviembre al 4 de diciembre de 2009.
La Laguna es una preciosa ciudad colonial, declarada Patrimonio de la Humanidad. El hotel se encontraba junto al ayuntamiento de la ciudad. En la plaza que había frente al hotel, un grupo de personas había instalado una carpa para recoger firmas y realizar otras actividades en apoyo a la activista saharaui Aminetu Haidar, que se encuentra realizando una huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote, en defensa de su derecho a regresar libremente a El Aaiún, donde la aguardan sus hijos y el resto de su familia.
En aquella modesta carpa pude informarme de las muchas atrocidades que Marruecos ha cometido con Aminetu Haidar (prisión, torturas, etc.), desde que tenía veinte años, y de los muchos premios internacionales de derechos humanos que ha recibido.
Ese mismo sábado, se celebraba en La Laguna “la noche en blanco”, así que todos los edificios públicos estaban abiertos, y las calles se encontraban inundadas de gente, de luz y de música. Mis anfitrionas fueron Ana Hardisson y una amiga suya, que me llevaron a pasear por la ciudad en fiesta.
El domingo comenzaron a llegar los participantes en el Foro Internacional, con quienes he compartido unos días muy gratos e intelectualmente muy fecundos para mí: Ángel Puyol, de la Universidad Autónoma de Barcelona; Claudio Lozano, de la Universidad de Barcelona; Vivian Auffant, de la Universidad de Puerto Rico; María Luisa Femenías, de la Universidad de La Plata; Jaime Torres, de la Universidad Intercultural de San Cristóbal de las Casas; Yolanda Ricardo, de la Universidad de La Habana; Sandra Moreno, directora de la Escuela Latinoamericana de Medicina (Venezuela); Magaldy Téllez, de la Universidad Central de Venezuela; y Germán Londoño, juez del Tribunal Constitucional de Colombia.
A todos estos invitados externos debo añadir los nombres de las profesoras y profesores de la Universidad de La Laguna, comenzando por las ya citadas organizadoras, y siguiendo por mi buena amiga María José Guerra, Gabriel Bello, Belén Castro, Concha Ortega, Carmen Marina,Manuel Ferraz y Enrique Belenguer.
En mi ponencia, titulada “Sobre las formas y los límites de la emancipación”, comencé señalando el estrecho vínculo entre los conceptos de “emancipación” y de “modernidad”, tal y como se observa en el texto de Kant “¿Qué es la Ilustración?”, y la necesidad de someter ambos conceptos a una profunda revisión crítica.
Pero, para mí, lo más importante fue lo mucho que aprendí de los compañeros y compañeras de La Laguna, y sobre todo de los invitados procedentes de América Latina, que me ayudaron a comprender un poco mejor la realidad histórica y política de México, del Caribe, de Venezuela, de Colombia y de Argentina.
Última actualización: diciembre_2009 08/12/2009 19:56
Hace unos días, terminé de leer El relámpago inmóvil (Barcelona, Destino, 2009), la última novela de mi paisano Pedro García Montalvo. Y me dejó tan buen sabor de boca, que no puedo dejar de anotar aquí mis impresiones de lector.
Pero, antes, presentaré al autor. Pedro García Montalvo nació en Murcia en 1951. En la actualidad es profesor de literatura de la Universidad de dicha ciudad. Su obra narrativa está formada por las novelas El intermediario (Barcelona, Seix Barral, 1983), Una historia madrileña (Barcelona, Seix Barral, 1988), llevada al cine por José Luis Cuerda con el título La viuda del capitán Estrada (1991), Las luces del día (Valencia, Pre-Textos, 1997) y Retrato de dos hermanas (Barcelona, Destino, 2004).
Ha escrito también los libros de relatos La primavera en viaje hacia el invierno (1981) y Los amores y las vidas (1983), así como los ensayos La imaginación natural (1977), Las Villas de Roma (1984) y la recopilación de ensayos y artículos (publicados en El País y otros diarios y revistas) El aire libre (Comares, 2002).
Puede consultarse el reciente libro-DVD de carácter documental dedicado a este escritor murciano: Pedro García Montalvo. Los sentimientos y las vidas (Murcia, Ediciones Tres Fronteras, 2009).
Como ya he dicho, su última novela es El relámpago inmóvil (Barcelona, Destino, 2009). Puede consultarse la entrevista concedida por el autor sobre esta novela.
La novela está ambientada en el Madrid actual. Sus protagonistas, Adrián e Inma, son una joven pareja que ha perdido a sus hijas en un accidente en la nieve. Este trauma terrible, con el que comienza la novela, hace que los dos protagonistas vivan en un presente que se niega a fluir, con su inamovible y doloroso fulgor. Es “el relámpago inmóvil” del título. El matrimonio intenta rehacerse, entre recuerdos de la delicia que fue la vida con sus hijas. Como se dice en la contraportada del libro, “estamos a la vez ante un devenir trágico y un canto a la vida”.
Pero una segunda historia se entrecruza con ésta y agrava la tragedia de la pareja. Un financiero, Cecilio Toval, que odia a la familia, ve en la pareja herida y en el senador Mateo, el abuelo de las niñas, un punto débil en el que puede incidir para cumplir una vieja necesidad de venganza. Las dos historias se van entretejiendo poco a poco y crean una tensión dramática que el autor va dosificando sabiamente hasta las últimas páginas del relato.
Reproduzco aquí el último párrafo de la contraportada: “Novela a la vez de prosa clara y fondo deslumbrante, El relámpago inmóvil trata del misterio de la fragilidad del amor, que es a la vez la fuerza más poderosa de la vida. La novela está recorrida por los fuertes sentimientos que son la base de la existencia, unas veces abismales, oscuros; otras veces, inmediatos, hechos del puro gozo de vivir, y del temor subsiguiente a la pérdida. Es una novela sobre el odio y el amor, sobre el bien y el mal, encarnados por personajes llenos de vida. Una historia que permanece con nosotros cuando su lectura ya ha finalizado”.
Yo me limitaré a decir que es una conmovedora historia de amor, narrada con una sencillez, una profundidad y una delicadeza admirables. En realidad, es como un largo poema en prosa. A contracorriente de los relatos de moda, basados en grandes episodios históricos, en truculentas tramas de misterio o en arrebatadas intrigas de acción, la novela de Pedro García Montalvo se va desplegando apaciblemente, como una sabia meditación, como un sosegado canto a la vida, como un delicado poema de amor.
Última actualización: diciembre_2009 08/12/2009 19:26