Este mes de septiembre está siendo muy laborioso para mí. Estoy comprobando la carga que supone ejercer el cargo de decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Murcia. No obstante, también estoy teniendo algunas satisfacciones. Voy a mencionar dos de ellas.
El día 17 se celebró la apertura oficial del curso académico 2010-2011. Este año, lo han celebrado de forma conjunta las dos universidades públicas de la Región de Murcia: la Universidad de Murcia (UMU) y la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), que se creó en 1992, mediante la segregación del Campus de Cartagena, hasta entonces perteneciente a la Universidad de Murcia. Con este gesto, han querido hacer visible la alianza estratégica que se ha establecido entre ambas, y que de momento se ha plasmado en la presentación conjunta del Campus Mare Nostrum 37/38 a la convocatoria de Campus de Excelencia Internacional.
El acto tuvo lugar en el salón de actos de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Murcia, situada en el Campus de Espinardo, y contó con la intervención del Secretario General de la UMU (que expuso la Memoria anual de las dos universidades), el catedrático de Filosofía y compañero de muchos años Francisco Jarauta Marión (que dio una magnífica lección inaugural sobre “El futuro de Europa”), los rectores José Antonio Cobacho (UMU) y Félix Faura (UPCT), el presidente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, y la coral Kodály (que cantó piezas de Haendel, Mozart y Vivaldi, y el Gaudeamus igitur). Al acto asistieron numerosos profesores, decanos y vicerrectores de ambas universidades, el rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, las autoridades civiles, judiciales y militares, y diversos representantes políticos y sindicales de la Región.
Era la primera vez que Francisco Jarauta y yo vestíamos el traje académico, y lo consideramos un óbolo a pagar para que se oyera la voz de la Filosofía en un acto tan solemne y tan multitudinario, en el que se congregaban las principales autoridades académicas, políticas, judiciales, militares, económicas y sociales de la Región de Murcia. Jarauta rememoró el pasado hegemónico y colonial de Europa, describió su actual empequeñecimiento ante la irrupción de nuevas potencias emergentes en un mundo cada vez más globalizado, y planteó la necesidad de avanzar hacia una democracia cosmopolita, en la que Europa tendría que hacer valer sus mejores ideales.
Era importante decir estas cosas en una Región subyugada por la derecha más conservadora, entregada durante muchos años a la vorágine de la especulación inmobiliaria y de la corrupción política, y situada en el furgón de cola de las comunidades autónomas españolas en la mayor parte de los indicadores de desarrollo humano. Y era importante decirlo también en un momento en que la crisis económica global está alentando el crecimiento de la xenofobia en toda Europa y la sumisión de los gobiernos democráticos al poder incontrolado, injusto y depredador del gran capital financiero y especulativo.
Ese mismo día 17, tras el acto de apertura del curso académico, la Facultad de Filosofía y el Departamento de Filosofía habíamos organizado de forma conjunta una comida de homenaje. En realidad, eran varios los homenajes que queríamos celebrar: la jubilación de nuestro compañero Eduardo Bello Reguera, catedrático de Filosofía, que es el profesor más veterano de la Facultad (fue el primer decano y ha sido también director del Departamento de Filosofía, director de la revista Daimon, etc.), y que seguirá con nosotros unos años más como profesor emérito; el trabajo realizado durante doce años por mi predecesor, el ex-decano José Lorite Mena y los miembros de su equipo que ya no ocupan cargo alguno (Eugenio Moya Cantero y Fina Antón Hurtado); y el traslado de nuestras queridas compañeras del personal de administración y servicios que han estado con nosotros hasta el pasado mes de julio (Mª Dolores, Fina, Gelen y Chari).
La comida la celebramos en un magnífico restaurante, muy próximo a la Facultad: Collados de Agridulce. Antes de comer, nos hicimos unas fotos para recordar la ocasión. Tras un exquisito ágape, vinieron los discursos, los regalos, las lágrimas, las risas, las despedidas y los buenos augurios para el nuevo curso.
Última actualización: septiembre_2010 21/09/2010 20:26
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