Blood Meridian: sangre, tripas y la Gran Novela Americana

Autor: Manuel Cortés Castañeda

“La Gran Novela Americana” es un término que define a un hipotético libro que captura la esencia, el carácter y la historia de los Estados Unidos. Si bien no existe un único libro que sea considerado como tal, novelas como Huckleberry Finn, El Gran Gatsby o Moby Dick son consideradas como obras que podrían llevar este calificativo. Para simplificar, a lo largo de este ensayo me referiré a ella por sus siglas (GNA). Blood Meridian or the Evening Redness in the West (Meridiano de sangre, en español) es una novela de carácter semi-histórico escrita en 1985 por Cormac McCarthy. Está ambientada en 1850 y en ella se narran los eventos que le suceden a un niño de 14 años tras huir de su casa y marchar hacia el lejano Oeste. A lo largo de la novela el niño (pues así se refieren a él en la novela) se unirá a una banda de filibusteros, acabará en la cárcel y cabalgará con la banda de John Joel Glanton, criminal histórico que dedicó sus últimos años de vida a la caza de cabelleras.

En la novela se exploran ciertos elementos de la historia americana como el filibusterismo posterior a la guerra mexicano-estadounidense, que consistía en que ciertos remanentes desencantados del ejército estadounidense realizaban, motu proprio, incursiones en territorio mexicano para saquearlo. Otro elemento central en la novela es la caza de cabelleras. A mediados del siglo XIX, el gobierno mexicano comenzó a ofrecer recompensas por entregar cabelleras de nativos apaches ya que había conflictos con ellos en ciertas partes del país. Bandas de americanos como la de Glanton vieron esto como una oportunidad de negocio y recorrían el país masacrando a la población nativa.

Yo considero que, si bien Blood Meridian no es la GNA (recordemos que no hay ninguna obra que ostenta exclusivamente este título), sí que puede considerarse como una GNA, es decir que cumple los requisitos para pertenecer a un “club” tan exclusivo como el que he mencionado al principio.

Sin embargo, hay ciertos aspectos de esta novela que podrían hacer pensar lo contrario. Si bien hoy en día es considerada una obra de culto (en 2023 hubo un boom de interés por el libro que fomentó su revalorización1), ha habido gente que la ha considerado como una obra excesivamente violenta y grotesca. Una prueba de ello es que ha habido varios intentos fallidos de llevarla al cine. A finales de los noventa el actor Tommy Lee Jones compró los derechos de adaptación pero esto no resultó en nada debido a que ciertos pasajes particularmente viscerales asustaban a las productoras2. Además, gente como Elliot T. hablan en su blog de cómo la violencia del libro le impidió terminarlo. En sus propias palabras: “Sin embargo, lo que no puedo superar es que hay muerte en prácticamente cada página de esta novela”3. Y ciertamente, la violencia es algo omnipresente a lo largo de toda la obra. McCarthy no se contiene a la hora de escribir escenas brutales y personajes monstruosos. En el oeste de McCarthy, el asesinato, la mutilación, la violación y la depravación están a la orden del día. Un pasaje ejemplar de esto es el que acontece en el capítulo cuatro, donde la compañía militar del niño es asaltada por una partida de guerra comanche. McCarthy describe con todo detalle cómo los acompañantes del niño son asesinados, destripados y sodomizados (y no necesariamente en ese orden). Escenas así y más grotescas se repiten a lo largo del libro. Podría considerarse que una obra que muestra un contenido tan explícito no tiene lugar dentro de la GNA; sin embargo, creo que la violencia de Blood Meridian sirve un propósito. Primeramente, es un reflejo de la violencia presente a lo largo de toda la historia americana. A lo largo de la novela cientos de apaches y otros nativos son asesinados por sus cabelleras. Es innegable que la historia estadounidense está llena de episodios reales en los que se ejerce violencia contra los nativos. Ejemplo de ello es el Sendero de Lágrimas (1830-1850), una serie de desplazamientos forzados que movilizaron a más de 60.000 indígenas. Además la violencia del libro sirve para sumergirnos de lleno en las despiadadas y caóticas tierras fronterizas de EEUU, dónde solo la fuerza es la ley.

Otro punto en contra de Blood Meridian es la manera en la que está escrito. McCarthy rompe con las convenciones tradicionales de escritura y no usa otro signo de puntuación que no sea un punto o una coma. Además, está escrito en tercera persona, con párrafos extensos y hace poco esfuerzo en señalar quién está hablando en un diálogo, lo que puede llevar a la confusión. Todo esto hace que la novela sea muy densa de leer, aún más que otros títulos dentro de la GNA como Moby Dick, el cual, aun teniendo en cuenta que fue escrito más de cien años antes, es mucho menos trabajoso de leer y más claro. Aun así, yo creo que esto no actúa en detrimento de la novela, pues es claramente una decisión estilística. Sin irnos fuera de nuestro país, un autor tan célebre como Juan Ramón Jiménez escribía usando la “j” en lugar de la “g”, pues consideraba que de esta forma la escritura reflejaba mejor el lenguaje, y aunque esta decisión hacía que incurriera en faltas de ortografía, ello no niega la condición que se le asigna de genio. De esta misma forma, que su estilo sea inusual (y a veces casi incorrecto) no niega el valor de Blood Meridian y, de hecho, actúa a su favor. Tal y como está escrita, la novela se lee como una narración oral o incluso como si fuese un sueño, lo que ayuda a darle un tono propio de una leyenda y aporta un cierto carácter surrealista donde la línea entre la realidad y el mito queda difusa.

Ahora bien, conforme a la definición que he dado de GNA, creo que Blood Meridian cumple las características necesarias para considerarse como tal. Recuperando brevemente el punto anterior, aunque la escritura de la obra sea inusual, su estilo lo compensa con creces. McCarthy emplea un lenguaje rico y muy visual. Las descripciones del paisaje adquieren un tono onírico, casi extraterrestre, y transmiten lo hermoso y lo terrible de las tierras baldías. Si bien es cierto que puede llegar a resultar arcaico, esto es en favor de la caracterización de la novela, pues usa expresiones propias de la época. Todo esto lo pone, en mi opinión, al mismo nivel lingüístico que la ya mencionada Moby Dick.

Otro punto a favor de la novela es su carácter histórico. Como he mencionado, la banda de Glanton existió de verdad y varios eventos de la obra se basan en Mi confesión de Samuel Chamberlain, un ex-miembro de la banda de Glanton. El contexto histórico también es apropiado, pues el filibusterismo era un problema real que plagaba los Estados Unidos en la época. Ejemplo de esto es William Walker, personaje histórico que llevó a cabo varias campañas militares extraoficiales contra países latinoamericanos. La caza de cabelleras también fue un negocio real, tal y como he comentado en la introducción. McCarthy hace un gran esfuerzo por caracterizar correctamente todos los elementos de la novela: el vestuario, el vocabulario, las armas e incluso las localizaciones. Aparentemente, el propio McCarthy recorrió el camino que siguió la banda de Glanton para poder hacer descripciones fidedignas del paisaje. En su artículo “A Book 'Made Out of Books': The Humanizing Violence of Style in Blood Meridian”, Lee Clark Mitchell comenta cómo Blood Meridian es tan cercana a la historia como es posible. De esta manera podemos decir que, incluso con ciertos elementos ficticios, Blood Meridian es una exploración de un oscuro capítulo de la historia americana.

Por último, la novela explora temas muy característicos de los Estados Unidos. Veremos a continuación unos cuantos. Hay una cierta inspección acerca del destino manifiesto que se puede ver en los capítulos tres y cuatro, en los que aparecen los filibusteros. Brevemente explicado, el destino manifiesto es la creencia de que los Estados Unidos tienen derecho a tomar control sobre aquellas tierras que son consideradas menos civilizadas, casi por orden divina. Fue especialmente relevante a mediados del siglo XIX, en el que el país estaba inmerso en políticas expansionistas, conquistando Texas, California e invadiendo México en el espacio de unos pocos años. Podemos ver esto en el capítulo tres, donde un tal capitán White (personaje ficticio) arenga al niño para que se una a su expedición militar. En su discurso considera a los mexicanos como poco más que alimañas, bárbaros sin ninguna noción de honor, de justicia o de gobierno republicano (sic). Los considera incapaces de gobernarse a sí mismos y, según él: “[…] ¿Sabes lo que pasa con aquellas personas que no pueden gobernarse a sí mismas? Eso es. Otros vienen a gobernar por ellos”4. De esta forma considera que es la labor y el derecho de los Estados Unidos gobernar y civilizar aquellos países “inferiores”. Se ve a sí mismo como un “instrumento de liberación”. Por supuesto, al niño le dan igual todas estas ideas de civilización y gobierno, tal y como revela al final de la conversación; él solo quiere la montura, el caballo y el rifle que un sargento le había prometido en un pasaje anterior. Este comenta cómo aquellos soldados rasos del destino manifiesto no se suscribían necesariamente a los ideales que promovía, sino a los expolios que se podían conseguir. Comenta también lo que les sucede a aquellos que participan en el destino manifiesto, pues la compañía del Capitán White es masacrada por aquellos a los que consideraban inferiores.

Otros temas muy presentes en la novela son el racismo y el maltrato de la población indígena. Podemos ver esto en el capítulo dos, donde aparece un viejo esclavista que considera a la gente negra como una plaga capaz de destruir la tierra. Otro pasaje clave ocurre en el capítulo dieciséis, donde la banda de Glanton entra en una cantina y el dueño trata de hacer que uno de sus miembros, el cual es afroamericano, se siente en un lugar separado de sus compañeros blancos. Los nativo-americanos también son considerados inferiores, es por ello por lo que en la novela se les caza como si fueran alimañas, una plaga a exterminar. Este desdén se refleja en el lenguaje que usan los americanos en la novela: palabras como “nigger”, “injun”, “savages” son términos derogatorios usados para referirse a personas negras o nativas y muestra el carácter racista de la América de 1850.

En Blood Meridian hay también una exploración muy interesante acerca de la naturaleza de Estados Unidos, siendo este mostrado como un país por el que han pasado múltiples culturas distintas. A lo largo de la novela vamos encontrando ruinas indígenas, mexicanas e incluso restos de la época de la conquista española. En el capítulo once se habla verbatim de esto, cuando la banda de Glanton se detiene a descansar en unas ruinas Anasazi. A través de una alegoría se habla de cómo los Anasazi desaparecieron hace mucho tiempo, pero que su legado sigue pesando sobre el país. De igual forma pasa con todas aquellas culturas que pasaron por América. Por último, a lo largo de la novela se da una desmitificación del Oeste legendario. La figura del vaquero heroico encarnada por John Wayne o Clint Eastwood es desfigurada. Se aleja de la postura maniqueísta del spaghetti western clásico, donde los americanos son muy buenos y los “indios” muy malos. Cualquier moral se difumina en una espiral de violencia, los actos heroicos escasean y cuando estos ocurren suelen acabar mal o son motivados por intereses oscuros. Al final solo queda la supervivencia en un mundo hostil.

Es por ello por lo que creo que Blood Meridian merece estar entre los títulos de la Gran Novela americana, porque, sin dejar de ser ficción, su historicidad es fiel, su narrativa es sobrecogedora y sus temas profundamente americanos. El conjunto final es un libro tan monumental, grandioso y abrumador que hay pocas obras que se le puedan comparar. A título personal y arriesgándome a perder nota, solo digo: leedla.


1 https://trends.google.com/trends/explore?date=today%205-y&q=blood%20meridian&hl=es

2 https://www.vice.com/en/article/adapting-blood-meridian/

3 https://thelittlemanreviews.com/2022/02/26/i-give-up-book-review-blood-meridian-by-cormac-mccarthy-1985/ (Traducido)

4 Traducido.



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