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capítulo 7
LA ACENTUACIÓN
1 Tildes y acentos
1.1 Generalidades
Uno de los aspectos más importantes de la ortografía de la palabra en es- pañol es el que se refiere a la acentuación . La colocación del acento la apren- demos espontáneamente, o sea, al mismo tiempo que aprendemos la palabra: cuando la oímos y la decimos . La posición del acento es el rasgo formal que más identifica a una palabra española a lo largo de su historia particular; por ejemplo: la palabra latina civitatem llevaba el acento en la -a- de la sílaba -ta-, y al evolucionar hasta la actual palabra española ciudad, el acento se ha con- servado en la misma sílaba -ta-, aunque han cambiado algunas vocales y las consonantes que la rodean (por evolución la sílaba ya no es -ta-, sino -dad-) .
Sin embargo, la colocación de la tilde es arbitraria; las reglas que exis- ten para saber en qué palabras y en qué sílabas se pone la tilde en español son totalmente convencionales; de hecho la Real Academia propone de vez en cuando algunos cambios . En latín no había tilde: la palabra latina celeber, que ha producido la palabra española célebre, llevaba el acento en la primera -e-, pero no llevaba tilde; en español lleva acento en la misma
-e- y, además, lleva tilde . Pero el hecho de que las reglas de la acentuación sean convencionales no quiere decir que sean inútiles . Las tildes sirven para hacer más clara, segura y fluida la comunicación escrita; por eso es conveniente que todos los usuarios de la lengua escrita conozcamos cuá- les son las reglas de la colocación de la tilde en español .
1.2 Efecto distinguidor de la tilde
En español hay muchos grupos de dos y de tres palabras que se dis- tinguen entre sí solo por la omisión o no omisión de la tilde, o por la
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