Lea la explicación completa:
Hasta hace poco era posibles estudiar en el laboratorio la actividad de unos pocos genes al mismo tiempo empleando técnicas algo complicadas. Hoy en día, la tecnología de las micromatrices está revolucionando la manera de cómo estudiamos y comparamos la actividad de muchos genes simultáneamente. Existen varios tipos de micromatrices, pero la más sencilla consiste en dispensar ordenadamente en un portaobjetos minúsculas cantidades de oligonucleótidos correspondientes a cada gen que queremos estudiar. Luego obtenemos ADN complementario a partir del ARN de un cultivo de células o del tejido que vamos a estudiar, como por ejemplo de linfocitos en reposo y activados. Marcamos el ADN complementario de los linfocitos en reposo con un marcador fluorescente rojo y el de los linfocitos activados con un marcador fluorescente verde; mezclamos ambos ADN y los hibridizamos buscando que cada ADN complementario proveniente de las células encuentre su complemento correspondiente en la micromatriz. Luego utilizando un láser, medimos la intensidad de la señal fluorescente en la micromatriz y comparamos colores. Si el punto es rojo, entonces el gen se expresa sólo en las células en reposo. Si el punto es verde, se expresa sólo en las células activadas. Y si es amarillo, o sea, mezcla de rojo y vede, entonces el gen se expresa en ambos estadios. Igualmente la intensidad del color determinará el grado de expresión del gen en ese momento. Así, modificando las condiciones con las cuales se inducen diferentes respuestas celulares, es posible mirar simultáneamente un sinnúmero de genes y su grado de actividad. Esta tecnología ha resultado ser de gran utilizad en el estudio de los procesos de activación génica tanto en células normales como en células cancerosas.
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