¿Vivir de forma ecológica? ¿A favor o en contra?

Autora: Pilar Murcia Guardiola

El siguiente tema que voy a tratar es sobre la vida ecológica, un estilo de vida más natural basado en la sostenibilidad, el respeto y el cuidado del medio ambiente y cualquier forma de vida. La ecología es una ciencia que se encarga del estudio de la relación entre los seres vivos y el medio ambiente. Dentro de este tema, nos vamos a encontrar con problemas como el cambio climático o la contaminación en nuestro planeta.

Vivir de forma ecológica tiene muchos beneficios, sobre todo a lo largo de nuestra vida. Uno de los beneficios que obtenemos es proteger la biodiversidad. La biodiversidad es un concepto que incluye a todos los niveles biológicos como los microorganismos, las plantas, los animales… Si la protegemos, estaremos evitando la explotación de los recursos naturales que nos proporciona nuestro planeta, y además podemos mantener los hábitats naturales en mejor estado.

Utilizaremos alimentos más sanos y positivos para nuestra salud, es decir, al empezar a comer alimentos menos procesados y más naturales, se eliminan de la dieta sustancias como azúcares o sales de más. Estos productos, además de ser más sanos, son más sabrosos al ser elaborados con tanto cuidado y de manera tan artesanal, es así como recuperan un sabor más auténtico y de mayor calidad. Además de ayudarse a uno mismo con su salud, también ayuda al medio ambiente, ya que respetan más la agricultura. Se lleva a cabo una agricultura ecológica la cual fertiliza la tierra y frena la desertificación, no contamina los acuíferos, respeta los ciclos naturales de los cultivos evitando la degradación y contaminación de los ecosistemas, favorece la fertilidad natural de los suelos y la capacidad productiva del sistema agrario, entre otras cosas. Es decir, respeta el equilibrio de la naturaleza. Aparte de la agricultura ecológica, también se encuentra la ganadería ecológica, la cual se basa en evitar el estrés de los animales en las granjas y así potenciar el crecimiento de semi libertad. Lo que potencia este tipo de ganadería es el crecimiento de los animales a su ritmo natural, con unas condiciones de vida adecuadas. Actualmente, los animales son manipulados de manera artificial y forzada para lograr una mayor producción, en cambio, mediante este tipo de ganadería se haría todo lo contrario. La alimentación de los animales de estas granjas se basa en alimentos naturales, leche de su madre, piensos ecológicos… Y se abstendrían de la utilización de pesticidas.

También es recomendable utilizar un medio de transporte sostenible. Este medio de transporte es el que tiene un bajo impacto en el medioambiente. Evidentemente, andar es el medio de transporte más ecológico puesto que no es nada contaminante y, además, te permite hacer ejercicio, pero este medio no es factible para recorrer distancias muy grandes, así que podemos utilizar varios medios de transporte ecológicos como la bicicleta, que es el medio más ecológico para recorrer distancias largas. Moverse en bicicleta permitirá ejercitar el cuerpo mientras llegamos a nuestro destino. También existen los patines eléctricos, que son medios de transporte que sobre todo se utilizan en grandes ciudades. Son utilizados normalmente por estudiantes y gente joven y permiten el desplazamiento sin contaminar. Por otro lado, encontramos los coches eléctricos, estos tipos de coches sí que reducen el impacto ambiental, pero no reducen los atascos que se crean en las grandes ciudades. En algunas ciudades es posible alquilar estos vehículos, además son una buena opción para los viajes más largos y cansados. También es una excelente opción elegir el transporte público siempre que nos sea posible. Dentro de este grupo de transportes encontramos el autobús, el tranvía y el metro. El metro y el tranvía son más sostenibles, permiten una gran movilidad en muchas ciudades, y su huella ecológica es reducida. Los autobuses han avanzado y pueden desplazarse eléctricamente.

Se han iniciado varios movimientos como por ejemplo el movimiento Zero Waste. Se trata de una filosofía o forma de vida que nos lleva a evitar al máximo posible la generación de residuos. Son una serie de prácticas que se utilizan dentro de este estilo de vida para evitar la mayor basura posible, como, por ejemplo, ser conscientes a la hora de comprar, optar por productos que no lleven plástico o contengan el mínimo posible, ya sean comidas o plásticos que se encuentren en otras alternativas, como productos de limpieza, de belleza… Además, todos estos productos se pueden sustituir muy fácilmente por otras alternativas menos contaminantes. Otro de los pasos que pueden darse es el uso de envases reutilizables, como bolsas de tela, la compra de productos a granel, jabones y champú en pastilla…

Otro de los movimientos ecológicos que mucha gente pone en práctica es llevar una vida minimalista. El minimalismo consiste en priorizar objetos materiales, y limitarse a comprarlos solo cuando sean estrictamente necesarios. Esta forma de vida está relacionada con una vida ecológica y sostenible por una serie de pasos o puntos que se ponen en práctica, como reducir el consumo y así evitar residuos, ser más responsables a la hora de consumir, antes de tirar cualquier cosa intentar reutilizarla o donarla, consumir menos electricidad…

Estoy a favor de llevar una vida ecológica puesto que, aparte de que favorece al medio ambiente, también influye en la salud y en la calidad de vida del ser humano. Se puede crear un entorno que respete el medio ambiente en el hogar más fácilmente de lo que parece, pero hay creencias de que esto no es así y de que resulta más difícil mantener un estilo de vida en el cual se intente proteger más el medio ambiente y adaptarse a él. Existen todo tipo de alternativas para ser más sostenibles y cuidar el espacio que nos rodea incluyendo nuestro cuerpo. En esta forma de vida, todo cuenta por pequeño gesto que parezca, y cada cambio ayuda a mejorar un poco el mundo.

Para llevar una vida ecológica, también debemos de reciclar los residuos. Dentro de esta acción encontramos argumentos válidos como el gran valor a nivel ecológico que esta acción supone. Forma parte de las tres erres de la ecología: el reciclaje, la reutilización y la reducción. Reciclar reúne muchos beneficios ambientales como la protección del medio ambiente, el ahorro de energía, el ahorro de los recursos naturales, disminuye la contaminación y el daño de los ecosistemas derivado de la explotación de recursos, prolonga la duración de los materiales con diferentes usos, reduce la emisión de gases de efecto invernadero… Reutilizar quiere decir volver a usar un producto que ya hemos utilizado y no comprar directamente uno nuevo, ya que siempre es posible darle una utilidad, intentando generar la menor basura posible. Reducir significa disminuir la cantidad de productos que consumimos. Debemos ser más conscientes a la hora de comprar e intentar comprar solo lo que sea necesario, ya que para fabricar lo que nosotros compramos se utilizan materias primas que no deberíamos de desaprovechar.

También se pueden utilizar productos de limpieza sin componentes químicos peligrosos. Son productos que no llevan sustancias tóxicas y siguen siendo igual de útiles y eficaces. Algunos de los argumentos y ventajas que podemos encontrar en la utilización de estos productos es que son biodegradables por lo que no dejan residuos, además no dejan olores químicos y no son tóxicos para la salud. Tampoco dañan el medioambiente y son aptos para personas con alergias o problemas de salud y no dañan zonas del cuerpo de las personas que los utilizan, como la piel y los pulmones. Además, los productos con componentes químicos peligrosos pueden llegar a dañar el agua, los suelos, el aire, la flora y la fauna.

Por otra parte, encontramos aparatos o dispositivos electrónicos presentes en nuestro día a día. Aunque no lo creamos estos dispositivos también aumentan el impacto ambiental, desde que se producen, pasando por un procesamiento de materias primas, hasta el post-consumo, en el cual se aumentan los residuos que pueden contener sustancias peligrosas para el ambiente y la salud, y gases que agotan la capa de ozono o que contribuyen al calentamiento global. Así que, para intentar controlar el consumo de energía de estos productos, se pueden llevar a cabo una serie de pasos como la mejora de la iluminación de la casa, para la que es recomendable el uso de bombillas LED ya que son un 90% más eficientes y su frecuencia de cambio se reduce considerablemente respecto a las bombillas incandescentes, además de ser más ecológicas que el resto. Reducir el uso también es un paso importante: cuando no usemos un determinado aparato eléctrico, es recomendable apagarlo para disminuir su consumo energético, prolongando al mismo tiempo su vida útil. Aprovechar la luz solar durante el día, intentar mantener en buen estado los aparatos electrónicos… Todos estos pasos conseguirán reducir el consumo, lo que significa que habrá menos carga ambiental y menos cargas en tus facturas.

Es cierto que, aunque todos estos argumentos sean válidos en cuanto al planteamiento del tema, podemos encontrarnos con diferentes objeciones. Una de las objeciones que podemos encontrar es el elevado precio de algunos productos ecológicos, como la compra a granel, los alimentos, los productos de higiene o los coches eléctricos. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), solicitó un IVA muy reducido de un 4% para este tipo de productos, ya que favorecen la biodiversidad, contaminan menos los ríos y acuíferos. Esta organización considera que ser sostenible no tiene que ser un lujo, sino algo necesario. Es cierto que los precios son más elevados que los productos que podemos encontrar en cualquier supermercado, pero esto también nos puede ayudar a modificar nuestros hábitos de consumo.

Otra de las objeciones que podemos encontrar son las personas que niegan que los seres humanos tenemos algo que ver con el cambio climático. El cambio climático puede suceder por cambios naturales, pero desde el siglo XIX, junto al avance de las tecnologías y de la sociedad en general, el cambio climático se ha visto afectado por nuestras actividades. Este cambio se produce cuando ciertos gases que se producen con la quema de combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas, atrapan gran parte del calor. Debido a este calor que se queda atrapado, se crea el calentamiento global y de ahí el cambio climático. Este cambio produce una serie de efectos que podemos observar en nuestro día a día, como por ejemplo el aumento de las temperaturas, que altera el equilibrio de la naturaleza. Esto supone un gran riesgo para todos los seres vivos del planeta. Para combatir el cambio climático, debemos vigilar desde la manera en la que nos desplazamos hasta lo que comemos. Cualquier gesto puede marcar la diferencia.

Finalmente, creo que son muchos los factores que pueden mejorar llevando a cabo una vida ecológica. Tanto desde el punto de vista saludable, puesto que no comemos tantos alimentos procesados ni con tantas sustancias químicas, como desde el punto de vista ecológico de nuestro planeta, ya que ayudamos a generar menos residuos y a intentar reducir la contaminación. Además, las plantas y la vegetación crecerían de una forma más fructífera y provechosa. Se reduciría el maltrato que sufren los animales en las granjas, puesto que en muchos casos solamente se utilizan como objetos de producción y no como seres vivos. Y ayudaríamos a mejorar nuestro planeta, puesto que el cambio climático podría reducirse, y además viviríamos de forma menos consumista y más saludable.



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  • Última modificación: 2022/09/14 08:44
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