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Carta abierta a los socios de la SEEC (Sección de Murcia)

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Queridos amigos
como la mayoría sabréis, ayer quedaron proclamadas de forma definitiva las candidaturas -únicas- a Junta Directiva de las distintas secciones de la SEEC, excepto la del País Vasco, que, por quedar desierta, ha precisado la apertura de nuevo plazo.
En el ya lejano 1989, siendo entonces estudiante de Filología Clásica en la Universidad de Murcia, entré a formar parte como vocal de una Junta Directiva de la SEEC. Después he ejercido como Secretaria en funciones durante un tiempo, en ausencia de Milagros del Amo, y como Secretaria electa desde marzo de 1995, cargo que ocupé con Rosa Iglesias y Esteban Calderón. En la última legislatura me ha cabido el honor de ser Vicepresidenta bajo la Presidencia de Mª Teresa Beltrán, de la que ahora tomo el relevo con ilusión y compromiso. A lo largo de treinta años solo durante ocho he dejado de formar parte de la Junta Directiva, aunque siempre me he mantenido ligada a la SEEC por los invisibles lazos que procura compartir con otros la fascinación no solo filológica por la perspectiva que del Mundo nos abren los Estudios Clásicos.
Quiero agradecer a todos cuantos me han precedido (Paquita Moya, Pepe García López, Esteban Calderón, Rosa Iglesias, Chelo Álvarez y Mª Teresa Beltrán) el ejemplo de su gestión impecable y su voluntad de servicio.
Cuento en el equipo con personas extraordinarias que pondrán todo su empeño en  representar dignamente a los socios, y en general a los profesores y estudiantes de Filología Clásica y de todas las disciplinas que les son próximas, con la difusión y defensa de nuestros estudios. 
En su nombre os doy las gracias por la confianza que estamos seguros depositaréis en nosotros, y os invitamos a aportar ideas, y a asistir y participar en los actos que organicemos.
No puedo finalizar sin desearos unas muy felices fiestas navideñas. El que está a punto de acabar ha sido un año inmejorable para Murcia en lo que a logros relativos a nuestras materias respecta, como podéis recordar acudiendo al blog (https://estudiosclasicosmurcia.blogspot.com), así como a https://sites.google.com/site/amuprolag/. Nos alienta la esperanza de que 2020 sea aún mejor si cabe, y en todo caso sea un año propicio en el que brillen los buenos momentos y reine la armonía tan necesaria para el progreso, sin olvidar nuestras raíces, en el que todos trabajemos coniunctis viribus. 
Y, a propósito de unir fuerzas, estamos decididos a seguir colaborando estrechamente con AMUPROLAG en este común camino, que ha dado lugar al productivo proyecto ITINERA, del que daremos cumplida cuenta (pueden leerse contribuciones escritas del proyecto en www.zendalibros.org). Su Presidente, Jaime Fco. Hernández García, forma parte de esta nueva junta, cuyos miembros relaciono al pie.
Esperamos que todos sintáis que sois parte de la SEEC y animéis a quienes no lo sean a hacerse socios, porque es primordial cara a las negociaciones con la Consejería y porque tenemos la convicción de que compartimos ideales que merecen todo nuestro entusiasmo y que entre todos podemos alcanzar nuestros objetivos.
Me atrevo a pedir vuestra indulgencia y comprensión ante los fallos que podamos cometer y que siempre procuraremos rectificar.
Un abrazo 
	Rosario Guarino Ortega

Junta Directiva 2020-2024 Sección de Murcia

Presidenta Rosario Guarino Ortega

Vicepresidentes Diana De Paco Serrano Pedro Redondo Reyes

Secretaria Isabel Vázquez Préneron

Tesorero Pablo Piqueras Yagüe

Vocales: Álvaro Albero Mompeán Jaime Fco. Hernández García José Antonio Molina Gómez Jesica Navarro Diana

Empanada boloñesa

La hoy denostada 'clase magistral' permite al profesor explicar, aclarar, ilustrar, actualizar sus argumentos y debatirlos con los alumnos. Eso no puede sustituirse por la lectura. Otra cosa es el nivel del profesorado

JOAN B. CULLA I CLARÀ EL PAÍS - Opinión - 14-09-2010

Cuando uno quiere cargarse algo o a alguien, no hay método más efectivo -digo efectivo, no honesto- que describirlo en términos lo más grotescos y desdeñosos posible; es lo que podría denominarse argumentar por reducción al ridículo. Es lo que hacía con indudable gracejo el profesor José Lázaro en su artículo Clases a la boloñesa, publicado en EL PAÍS el pasado día 2: caricaturizar el “nefasto hábito medieval” de las llamadas clases magistrales, y celebrar con euforia su inminente desaparición gracias al mirífico advenimiento del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), familiarmente conocido como modelo Bolonia. La realidad, naturalmente, es bastante más compleja y menos maniquea de como la describía el citado colega. En primer lugar, llama la atención hasta del más lerdo que, siendo la clase tradicional una costumbre tan “arcaica, absurda y dañina”, haya constituido uno de los métodos básicos para la transmisión del saber universitario en Occidente durante casi mil años, sobreviviendo impávida no solo a la invención de la imprenta, sino también a la de la máquina de escribir, la fotocopiadora, el retroproyector y tantos otros ingeniosos artefactos. ¿Es ello imputable solo a la presunta pereza mental que aquejaría a los profesores de universidad desde los tiempos de Robert de Sorbon? Yo creo más bien que, caricaturas al margen, la exposición de la materia por parte del docente en el aula permite a este captar de forma instantánea cómo reciben sus alumnos aquello que les está explicando; y, en consecuencia, da al profesor la oportunidad de reiterar, de aclarar, de enfatizar, de volver atrás, de ilustrar sus argumentos (pienso en materias como periodismo, sociología, ciencia política, historia contemporánea…) con ejemplos sacados de la actualidad del día. Son cosas, todas ellas, que ningún texto leído puede hacer.

Por otra parte, ¿de dónde infiere el profesor Lázaro que, la por él denostada clase magistral, sea un monólogo que el profesor ha memorizado mal que bien la víspera y que suelta luego en clase como un papagayo con tarima, mientras los sufridos estudiantes tratan de resistir el sopor que les invade? Si tal ha sido su experiencia, de veras que le compadezco, pero la mía es algo menos desoladora. Teniendo a las espaldas cuatro décadas de permanencia en la Universidad, concibo y trato de practicar la clase no como un soliloquio ni como un dictado de “apuntes”, sino como una síntesis verbalizada de la materia de que se trate; una síntesis en la que el docente ha destilado sus conocimientos, sus lecturas, eventualmente sus propias investigaciones, y cuya exposición los alumnos pueden interrumpir en todo momento con preguntas, objeciones o demandas de aclaración.

Lógicamente, que esto último ocurra es mucho más probable si, en paralelo con el desarrollo de las clases, los estudiantes van leyendo textos, ya sean de carácter general o especializado, relativos a la asignatura. Es por ello que, el primer día del curso, existe la inveterada costumbre de proporcionarles una lista de títulos con este fin: solemos llamarlos “manuales”, o “monografías”. E incluso hay colegas que, mucho antes de haber oído hablar del método Bolonia, ya ponían a disposición de sus alumnos dossiers con textos, y mapas, y gráficos, y cuadros estadísticos, concebidos como apoyo y complemento de sus clases magistrales. Lo subrayo a la intención de los lectores ajenos al mundo universitario: palabra de honor que la enseñanza superior en España ya había asimilado la invención de la imprenta, y hasta de la fotocopia, sin necesidad de que un puñado de eurócratas diesen a luz la panacea boloñesa.

En el texto al que respondo, el doctor José Lázaro sostenía, como uno de sus argumentos mayores contra las clases tradicionales, que el 80% o el 90% del profesorado universitario, puesto a impartirlas, aburre hasta a las ovejas. No le discutiré la base cuantitativa de su aserto, que él mismo reconoce poco científica; pero, aunque solo fuese el 50%, ¿la culpa es de la clase magistral, o de que llevamos décadas equivocándonos en el proceso de selección de los nuevos profesores?

El currículum investigador es muy importante, sin duda, y aquel artículo firmado por cuatro colegas en una revista científica norteamericana es un mérito formidable, desde luego; pero, ¿hasta el punto de prescindir de las aptitudes pedagógicas del candidato a la plaza? Claro, si llenamos las aulas de profesores con escasa o ninguna capacidad de comunicación verbal -aunque sean buenísimos en el laboratorio, la biblioteca o el archivo-, entonces los alumnos se duermen sobre el pupitre, la clase tradicional entra en crisis, y es preciso abrazarse a Bolonia para que nos salve del desastre. Hace demasiado tiempo, a mi modesto juicio, que la institución universitaria y muchos de sus miembros desdeñan o minusvaloran la función docente como un estorbo, como una molesta rémora que distrae tiempo y energías de la verdadera tarea, la investigación.

Ítem más. Contra lo que da a entender el distinguido colega Lázaro, no necesitábamos en absoluto los dictados de Bolonia para descubrir las bondades de las clases participativas, interactivas y dialogadas, con comentarios de texto o análisis en común de otros materiales proporcionados previamente por el profesor. De hecho, conocemos esas fórmulas desde siempre, bajo el nombre de “seminarios”, “prácticas”, “cursos de doctorado”, “másteres”, etcétera; y por eso sabemos también que requieren unas condiciones objetivas imposibles de generalizar hoy en nuestra Universidad pública.

Imaginemos, verbigracia, un grupo de primer curso en una facultad concurrida, con un centenar de alumnos en el aula. (Por mi parte no necesito imaginarlo, pues llevo viviéndolo cada año académico desde 1977). Así las cosas, ¿cómo puede el profesor responsable de ese grupo construir su docencia sobre la base del diálogo con los estudiantes en torno a un texto que estos ya han leído? ¿De cuánto tiempo dispondría cada alumno para intervenir en cada una de las clases? ¿De 10 segundos, de 20…? O, alternativamente, ¿cuántas veces le correspondería tomar la palabra a lo largo del cuatrimestre lectivo? ¿Una y media, dos…? Sí, claro, la solución consiste en desdoblar grupos y aumentar el número de profesores, pero no parece que sea este el signo de los tiempos, en medio de recortes salariales y amortizaciones de plantilla. Desde luego, la coincidencia entre la entrada en vigor de Bolonia y el impacto de la crisis económica global ha sido una infeliz conjunción de circunstancias; pero admitamos al menos que problematiza las predicadas virtudes del EEES y alimenta el escepticismo acerca de sus efectos.

Cuestión distinta, aunque también suscitada por el artículo del profesor Lázaro, es que -según él sostiene- el principal objetivo de muchas o algunas asignaturas universitarias sea “enseñar a leer” a los alumnos; se entiende, enseñarles a comprender e interpretar un texto de alguna complejidad. Llámenme ingenuo, pero yo creía que esa tarea instrumental, que esa mínima maduración del intelecto era cosa a alcanzar durante la enseñanza secundaria, tal vez en el actual bachillerato, y que la Universidad se ocupaba ya de transmitir saberes específicos. Debía de estar equivocado…

En síntesis y conclusión, mis reticencias ante la implantación del modelo Bolonia no nacen ni del inmovilismo, ni de la pereza, ni de la inseguridad, ni del miedo a tener que improvisar en clase; menos aún del temor a que una siniestra multinacional quiera apoderarse del departamento de Historia Contemporánea del que formo parte para convertirlo -qué sé yo- en una extenuante factoría de fascículos coleccionables de venta en quioscos. Mis reservas surgen, por un lado, del exceso de celo redentor de paladines boloñeses como el profesor José Lázaro. Y, por otra parte, de observar la apoteosis de burocracia, de formalismos, de langue de bois (“prerrequisitos”, “objetivos”, “competencias”, “aprendizajes”…) que acompaña a la implementación de la reforma. Recelo que, a la postre, el tan jaleado Espacio Europeo de Educación Superior suponga sustituir la función profesoral por una mera tutoría. Y advierto -no sé si lampedusianamente- que, de ser así, conmigo no cuenten.

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La versión Browning, de Mike Figgis (1994) Una película sin desperdicio.

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Codex Sinaiticus online
El Codex Sinaiticus online no tiene los libros de Éxodo, Rut, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, Nehemías, Ezequiel, Daniel, Oseas, Amós, Miqueas, y de los Deuterocanónicos falta Baruc. La Introducción de la NBJ explica que en el Sinaítico “la parte correspondiente a 2 M se ha perdido”. Para más datos se puede consultar el libro de Dirk Jongkind, Scribal Habits of Codex Sinaiticus, Gorgias Press, 2007, en googlebooks.
Información por cortesía delCEMI.

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Día de aniversario para mí: un año de mi mudanza a mi casa actual, con mi hija Irene, y veintiséis de otra mudanza mayor, la del traslado familiar desde Sabadell (Barcelona) hasta Murcia. Tiempo de hacer balance, que resulta muy positivo, pese a los altibajos inevitables en toda trayectoria vital, con momentos difíciles, algunos muy difíciles, pero también otros muy felices.
Y hoy la UNESCO lanza la Biblioteca Digital Mundial (BDM).
Ésa sí es una buena noticia. Como la de laBiblioteca Digital Séneca, de InterClassica
Por la libertad y la universalidad del Conocimiento.

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EL MAR ES LA METÁFORA DEL LLANTO

El mar, antes de mar, quiso ser mito
Y símbolo de todos los arcanos,
Así nacieron mares y océanos,
Espejos del dolor, que es infinito.

El mar es el poema que se ha escrito
Con el dolor de todos los humanos,
Aún tiene Dios la sangre entre las manos
Y llora eternamente su delito.

El mar es la metáfora del llanto
Que queremos llorar y no lloramos
Por los sueños que nunca se han cumplido.

No sé cómo se puede sufrir tanto,
Pues apenas venimos ya nos vamos
Hacia el mar de la nada y del olvido.

ANTONIO CASARES

Hoy me duelen ausencias recientes y remotas. Y hasta las que aún no lo son. Y me sirvo del mar, en las palabras del poeta cántabro Antonio Casares, para tratar de echar fuera el dolor y disfrutar así del privilegio de poder hacer presentes las ausencias que siempre me acompañan.

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Seis meses después de la última entrada retomo el “blog” con una buena noticia, aparecida hoy en el New York Times, que transcribo a continuación (para mayor comodidad en su lectura, podéis pinchar aquí):

October 7, 2008 A Dead Language That’s Very Much Alive By WINNIE HU NEW ROCHELLE, N.Y. — The Latin class at Isaac E. Young Middle School here was reading a story the other day with a familiar ring: Boy annoys girl, girl scolds boy. Only in this version, the characters were named Sextus and Cornelia, and they argued in Latin. “I can relate, but what the heck are they saying?” said Xavier Peña, a sixth grader who started studying Latin in September. Enrollment in Latin classes here in this Westchester County suburb has increased by nearly one-third since 2006, to 187 of the district’s 10,500 students, and the two middle schools in town are starting an ancient-cultures club in which students will explore the lives of Romans, Greeks and others. The resurgence of a language once rejected as outdated and irrelevant is reflected across the country as Latin is embraced by a new generation of students like Xavier who seek to increase SAT scores or stand out from their friends, or simply harbor a fascination for the ancient language after reading Harry Potter’s Latin-based chanting spells. The number of students in the United States taking the National Latin Exam has risen steadily to more than 134,000 students in each of the past two years, from 124,000 in 2003 and 101,000 in 1998, with large increases in remote parts of the country like New Mexico, Alaska and Vermont. The number of students taking the Advanced Placement test in Latin, meanwhile, has nearly doubled over the past 10 years, to 8,654 in 2007. While Spanish and French still dominate student schedules — and Chinese and Arabic are trendier choices — Latin has quietly flourished in many high-performing suburbs, like New Rochelle, where Latin’s virtues are sung by superintendents and principals who took it in their day. In neighboring Pelham, the 2,750-student district just hired a second full-time Latin teacher after a four-year search, learning that scarce Latin teachers have become more sought-after than ever. On Long Island, the Jericho district is offering an Advanced Placement course in Latin for the first time this year after its Latin enrollment rose to 120 students, a 35 percent increase since 2002. In nearby Great Neck, 36 fifth graders signed up last year for before- and after-school Latin classes that were started by a 2008 graduate who has moved on to study classics at Stanford (that student’s brother and a friend will continue to lead the Latin classes this year). Latin is also thriving in New York City, where it is currently taught in about three dozen schools , including Brooklyn Latin, a high school in East Williamsburg that started in 2006. Four years of Latin, and two of Spanish, are required at the new high school, where Latin phrases adorn the walls and words like discipuli (students), magistri (teachers) and latrina (bathroom) are sprinkled into everyday conversation. “It’s the language of scholars and educated people,” said Jason Griffiths, headmaster of Brooklyn Latin. “It’s the language of people who are successful. I think it’s a draw, and that’s certainly what we sell.” Adam D. Blistein, executive director of the American Philological Association at the University of Pennsylvania, which represents more than 3,000 members, including classics professors and Latin teachers, said that more high schools were recognizing the benefits of Latin. It builds vocabulary and grammar for higher SAT scores, appeals to college admissions officers as a sign of critical-thinking skills and fosters true intellectual passion, he said. “Goethe is better in German, Flaubert is better in French and Virgil is better in Latin,” Dr. Blistein said. “If you stick with it, the lollipop comes at the end when you get to read the original. In many cases, it’s what whets their appetite.” Latin was once required at many public and parochial schools, but fell into disfavor during the 1960s when students rebelled against traditional classroom teachings and even the Roman Catholic Church moved away from Latin as the official language of Mass. Interest in Latin was revived somewhat in the 1970s and began picking up in the 1980s with the back-to-basics movement in many schools, according to Latin scholars, but really took off in the last few years as a language long seen as a stodgy ivory tower secret infiltrated popular culture. Harry Potter books use Latin words for names and spells, and at least two have been translated into Latin (“Harrius Potter et Philosophi Lapis”), as have several by Dr. Seuss (“Cattus Petasatus”). Movies like “Gladiator” and “Troy” have also lent glamour to the ancient world. “Sometimes you need to know Latin to understand that part,” said Adrian McCullough, 10, a sixth grader in New Rochelle who plans to reread the Harry Potter books now that he is learning Latin. Marty Abbott, education director of the American Council on the Teaching of Foreign Languages, said it was possible that Latin would edge out German as the third most popular language taught in schools, behind Spanish and French, when the preliminary results of an enrollment survey are released next year. In the last survey, covering enrollment in 2000, Latin placed fourth. “In people’s minds, it’s coming back,” she said. “But it’s always been there. It’s just that we continue to see interest in it.” Ms. Abbott, a former Latin teacher, said that today’s Latin classes appeal to more students because they have evolved from “dry grammar and tortuous translations” to livelier lessons that focus on culture, history and the daily life of the Romans. In addition, she said, Latin teachers and students have promoted the language outside the classroom through clubs, poetry competitions and mock chariot races. In Scarsdale, N.Y., where Latin enrollment rose by 14 percent to 80 this year, the high school sponsors a Roman banquet on the Ides of March during which students come wearing tunics and wreaths in their hair. Seniors serve bread, olives, roasted chicken and grapes to younger students, and all of them break bread with their hands. Dr. Marion Polsky, the Latin teacher, said that former students still send her postcards written in Latin and that at least three have gone on to become Latin teachers. Here in New Rochelle, the district introduced a Latin class for sixth graders last year and is now adding a second Latin class for seventh graders. Richard Organisciak, the superintendent, said the district had spent $273,000 since 2006 to promote foreign languages including Latin. Last month, the district also started a dual-language English-Italian kindergarten and a Greek class at the high school; it is considering offering Chinese next fall. The high school principal, Don Conetta, said he had encouraged more students to study Latin, though he acknowledged that he was hardly “a stellar student” himself in Latin and came to appreciate its value only later in life. “If my Latin teachers could hear me now,” he said. “I took three years in high school, and four semesters in college, and I can’t remember the first line of Cicero’s orations.” Students like Ciera Gardner, a sophomore, started Latin three years ago with two friends who have since dropped out because of the workload. But Ciera, an aspiring actress, said that she had persisted because Latin would look good on her college applications and that in the meantime, it had already helped her decipher unfamiliar words while reading scripts. “It’s different,” she said. “Everyone says ‘I take Spanish’ or ‘I take Italian,’ but it’s cool to say ‘I take Latin.’ ” Max Gordon, another sophomore, said that he had learned more about grammar in Latin class than in English class. And he occasionally debates the finer points of grammar with his mother, Kit Fitzgerald, a video artist who studied Latin, while washing dishes after dinner. “In some ways, it’s really frustrating,” he said. “I’ll hear someone say something that isn’t grammatically correct and I’ll cringe.”

El latín y los latinistas estamos de enhorabuena, pues ya se sabe que cuando los EEUU se resfrían… lapiz.jpg

En lo sucesivo remito al blog, que ya parece estable (espero que no zozobre) En aguas de Neptuno. En breve estará operativo el que está echando a andar sobre el mar en las artes, que oportunamente anunciaré. Quien desee visitarlos será bienvenido, al igual que sus comentarios.

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Me ha parecido interesante el presente manifiesto, firmado por J.L. Sampedro, así que pongo mi granito de arena para su difusión. Creo que la medida sería sin duda contraproducente. Hay que fomentar la lectura, no obstaculizarla.

POR EL PLACER DE LA LECTURA: La SGA (Sociedad General de Autores) ataca de nuevo. Escrito y firmado por José Luis Sampedro, escritor, filósofo y buena gente.

POR LA LECTURA

Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un Maestro Nacional llamado D. Justo G. Escudero Lezamit. A punto de jubilarse, acudía a la escuela incluso los sábados por la mañana aunque no tenía clases porque allí, en un despachito que le habían cedido, atendía su biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él solo, con libros donados por amigos, instituciones y padres de alumnos. Sus 'clientes' éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres a quienes sólo cobraba cincuenta céntimos al mes por prestar a cada cual un libro a la semana. Allí descubrí a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl May.

Muchos años después hice una visita a un bibliotequita de un pueblo madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho cargo recientemente una joven titulada quien había ideado crear un rincón exclusivo para los niños con un trozo de moqueta para sentarlos. Al principio las madres acogieron la idea con simpatía porque les servía de guardería. Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban allí un rato mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando regresaban a por ellos, no era raro que los niños, intrigados por el final, pidieran quedarse un ratito más hasta terminar el cuento que estaban leyendo. Durante la espera, las madres curioseaban, cogían algún libro, lo hojeaban y a veces también ellas quedaban prendadas. Tiempo después me enteré de que la experiencia había dado sus frutos: algunas lectoras eran mujeres que nunca habían leído antes de que una simple moqueta en manos de una joven bibliotecaria les descubriera otros mundos. Y aún más años después descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia. La biblioteca de atención al paciente, con la que mitigan las largas esperas y angustias tanto de familiares como de los propios enfermos, fue creada por iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un carrito del supermercado cargado de libros donados, paseándose por las distintas plantas, con largas peregrinaciones y luchas con la administración intentando convencer a burócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que el conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y unas actividades que le han valido, además del prestigio y admiración de cuantos hemos pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en reconocimiento a su labor en favor del libro.

Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para resarcir -eso dicen- a los autores del desgaste del préstamo.

Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente el que paga una suma es porque:

a) obtiene algo a cambio. b) es objeto de una sanción.

Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura?

Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación?.¿Acaso dejaron de cobrar por el libro?. ¿Se les leerá menos por ser lecturas prestadas?.¿Venderán menos o les servirá de publicidad el préstamo como cuando una fábrica regala muestras de sus productos? Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos leídos? No entiendo a esa Europa mercantil. Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra.

Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida en diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña.

¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!

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cupido_quejandose_venus_lucas_cranach_viejo..jpg En noticia de la agencia EFE aparecida hoy viernes, 28 de marzo de 2008, en El País, se destaca que una de las obras maestras de la National Gallery de Londres, el cuadro de Lucas Cranach el Viejo Cupido quejándose a Venus, adquirido en 1963 por la prestigiosa pinacoteca británica, perteneció a la colección privada del dictador alemán Adolf Hitler.

La doctora Birgit Schwartz ha identificado la obra en una de las fotos de la galería de Hitler, y el museo británico confirmó hoy que perteneció al dictador, aunque ahora tiene que descubrir cómo y cuándo llegó a su colección. La famosa pinacoteca londinense pagó en su día 34.000 libras (43.000 euros) por esa obra maestra, pintada en torno a 1525 y que es una de las favoritas del público entre las que allí se conservan.

Ha sido una inscripción latina en el óleo la que ha permitido determinar que Hitler fue su dueño, puesto que se aprecia perfectamente en la fotografía estudiada por la doctora Schwartz. La National Gallery ha desestimado la posibilidad de que el cuadro que aparece en la instantánea sea uno diferente, porque aunque Cranach y su taller hicieron muchas versiones de sus composiciones, rara vez realizaron réplicas exactas.

Cuando el museo londinense adquirió el cuadro a una casa coleccionista de Nueva York en 1963, ésta le aseguró que lo compró en una subasta de una colección privada de Frankfurt en 1909. Sin embargo, el museo supo después que fue una corresponsal estadounidense en el Berlín de 1945 la que cogió el cuadro de un almacén repleto de obras de arte situado al sur de Alemania y controlado por las tropas estadounidenses.

Lo que la pinacoteca quiere descubrir ahora es qué pasó con el óleo entre 1909 y 1945, especialmente cómo y cuándo llegó a la colección privada de Hitler.

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Un poema de Adonis

¡sublime!

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“Ahora más que nunca, la causa de la mujer es la causa de toda la HUMANIDAD.”

B. Boutros Ghali.

Por cada mujer fuerte cansada de aparentar debilidad, hay un hombre débil cansado de parecer fuerte.

Por cada mujer cansada de tener que actuar como una tonta, hay un hombre agobiado por tener que aparentar saberlo todo.

Por cada mujer cansada de ser calificada como “hembra emocional”, hay un hombre a quien se le ha negado el derecho a llorar y a ser “delicado”.

Por cada mujer catalogada como poco femenina cuando compite, hay un hombre obligado a competir para que no se dude de su masculinidad.

Por cada mujer cansada de ser un objeto sexual, hay un hombre preocupado por su potencia sexual.

Por cada mujer que no ha tenido acceso a un trabajo o a un salario satisfactorio, hay un hombre que debe asumir la responsabilidad económica de otro ser humano.

Por cada mujer que desconoce los mecanismos del automóvil, hay un hombre que no ha aprendido los secretos del arte de cocinar.

Por cada mujer que da un paso hacia su propia liberación, hay un hombre que redescubre el camino hacia la libertad.

La Humanidad posee dos alas: una es la mujer, la otra el hombre.

Hasta que las dos alas no estén igualmente desarrolladas, LA HUMANIDAD NO PODRÁ VOLAR

NECESITAMOS UNA NUEVA HUMANIDAD

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Debiera ser un oxímoron, pero la realidad es que esta combinación no sólo es posible sino además desgraciadamente frecuente, demasiado frecuente…

Hace unas horas un sicario ha acabado a sangre fría con la vida de una persona ante los ojos de su esposa e hija, en el mismo portal de su casa. Isaías Carrasco, ex concejal socialista, ha sido asesinado en la localidad guipuzcoana de Mondragón. Es inconcebible que semejantes actos los cometan seres que se tienen por racionales. Ninguna ideología, ningún fin, puede justificar el que nadie se arrogue el derecho de decidir sobre la vida de otro ser humano.

Otra noticia que me llega de parte de un amigo me ha hecho reflexionar sobre la crueldad humana y sus límites. El año pasado, Guillermo Vargas Habacuc, un supuesto 'artista', cogió a un perro abandonado de la calle, lo ató a una cuerda en la pared de una galería de arte y lo dejó allí para que muriera lentamente de hambre y sed. Pues bien, la prestigiosa Bienal Centroamericana de Arte decidió que la salvajada que acababa de cometer este sujeto era arte, y de este modo tan incomprensible Guillermo Vargas Habacuc ha sido invitado a repetir su cruel acción en dicha Bienal en 2008.

Si lo consideras oportuno, firma aquí para boicotear la presencia de este individuo en la Bienal.

Guillermo Vargas ha justificado su acción “artística” como una denuncia ante la hipocresía, porque son muchos los que mueren en la calle, tanto seres humanos como perros, sin que nadie haga por evitarlo, y que ese perro hubiese muerto igualmente. En la pared, con comida para perros, había escrito “Eres lo que lees”.

Al margen de consideraciones éticas, me pregunto ¿puede de verdad considerarse arte algo de estas características, que no me atrevo a calificar?

Sí a la tolerancia, al diálogo, al respeto. NO A LA VIOLENCIA. lapiz.jpg

Mañana lunes 3 de marzo, a las 17 horas, en el Hemiciclo de la Facultad de Letras, el Dr. Fernando Navarro Antolín, profesor de Filología Latina de la Universidad de Huelva y Premio Nacional de Traducción en 2007, compartirá sus experiencias en el campo de la traducción en una conferencia que lleva por título “La aventura de traducir”.

El profesor Navarro Antolín, que ha editado y traducido a autores como Ovidio, Horacio o Macrobio, obtuvo en 2007, junto a su compañero Baldomero Macías, el Premio a la Mejor Traducción por su versión del Libro de José o sobre el lenguaje arcano, que es uno de los tratados que publicó en latín, en la Biblia de Amberes, el humanista extremeño Benito Arias Montano (1527-1598).

Navarro Antolín y Baldomero Macías llevan años trabajando para rescatar a Arias Montano, figura clave del pensamiento del siglo XVI, y también han traducido su Opus Magnum.

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He aquí otro artículo de opinión con el latín como sujeto paciente. Esta vez de un tal Oscar Domínguez, que reproduzco literalmente:

“En Bogotá, están haciendo cola para aprender latín. Varias universidades han desempolvado profesores de raíces latinas para atender la demanda. En Italia, la ciudad donde nació Marco Tulio Cicerón, organiza por estos días un encuentro de traductores del latín. Y el Vaticano no se queda atrás. Por eso publicó el Lexicon, el diccionario que sigue incorporando voces nuevas.

¿Qué sandeces no han dicho del latín? Lo de menos es que lo importante no es hablar esa lengua, sino haberla olvidado. Le han decretado más muertes que a don Manuel Marulanda Vélez, antes y después de que hubiera inmortalizado la toalla en la pasarela Caguán. Con todas estas calumnias, el latín se muere de la risa: “Manduco me flumen de te”, (cómo me río de tí), es su reposada respuesta. En la capital colombiana, se ha desatado una fiebre por el latín que no se conocía antes. Alumnos de todos los pelambres están empeñados en aprender a declinar y a traducir a Cicerón en su salsa latina. En España, proliferan concursos de estudiantes de latín. Datiados por el Espíritu Santo, los expertos latinistas de la burocracia vaticana han introducido 15 mil nuevos neologismos al idioma de Cicerón. “Lexicon, Recentis Latinitas”, se llama la obra que recoge las novedades que han enriquecido la lengua oficial del Vaticano que exige que toda obra que llega a su jurisdicción sea traducida al latín, aunque todo lo importante lo haya dicho el hombre en griego, de acuerdo con el emperador Adriano. Veamos algunos de los neologismos que se pueden encontrar en el Lexicon: - Playboy. Para los mortales de la llanura, es el gallinazo o enamorado de rueda suelta que hoy ama aquí, después es bígamo en cualquier corazón o catre del mundo. Es el infiel a sí mismo. El Lexicon no le gasta más que dos palabras a este especimen: “iuvenis voluptarios”, algo así como joven voluptuoso.

- Ovni. Lo de objeto volador no identificado se queda en pañales frente a la propuesta de los latinistas vaticanos: “res inexplicata volans”. No es que las reses vuelen sin explicación. Con lo que me resta del latín olvidado, traduciría el texto como cosa inexplicable que vuela.

- Snob. Es el individuo posudo, desertor o antípoda de sí mismo, arribista de profesión, que busca parecerse a otros. Para el Papa Juan Pablo II y sus latinistas se trata de “Novissimorum morum affectator”, o inclinado a las nuevas costumbres, sería su equivalente.

- Soltero. “Invicto vencedor jamás vencido”, sujeto que le hace pistola a cualquier epístola, egoísta con tarjeta, viudo con sus amores vivitos y coleando. “Solitarius”, les dice lacónicamente el diccionario que coordinó el abad Carlo Egger.

- Stripteaser. Es la persona que se desviste para conseguir con qué comprar ropa. También es la sujeta, o sujeto, que ha hecho del desempelote una forma de arte. “Sui ipsius nudator”, (algo así como el que se desviste por sí mismo), denomina el Vaticano esta forma de levantar para la yuca.

- V.I.P. (Very important person). Son aquellos que sufren la enfermedad incurable de su propia importancia. No caben en ellos mismos. Se dan besitos de felicitación en las mañanas ante el espejo por existir. Se salen del cuero de su propio talento. El mundo podría vivir sin abogados y sin periodistas pero no podría vivir sin los V.I.P. Cuando en la calle gritan: ministro, el V.I.P. se voltea a saludar. “Amplissimus vir”, los electrocuta el Lexicon.

- Voyeur (mirón). Es todo individuo cuyos ojos toman la forma de la cerradura que los contiene. En la hoja de vida del ojo de un voyerista hay una manifestación de brasieres. O de cucos o bragas. Todo depende de la suerte con la que haya corrido. Para los latinistas de la Santa Sede, el mirón queda reducido a “Obscena observandi cupido” , algo así como pornográfico Cupido que espía.

- Water. Es ese recinto que por lo regular queda al fondo, a mano derecha. Lugar donde el terrícola queda ligero de equipaje urinario. Algún día, el Diccionario admitirá el sinónimo de meódromo que es lo que hay en las cervecerías de Munich. Se le conoce como aquel sitio donde la gente hace lo que los demás no pueden hacer por ella. La definición del diccionario de la Fundación Latinitas no podría ser más certera: “cella (habitación) intima”. Y ya para terminar por hoy, salvete, adiós, o ahí nos “vidrios”, todavía no aceptada por el Lexicón.”

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Así titula Pérez Reverte uno de sus artículos de opinión, aparecido en el Semanal el pasado domingo, en el que con su peculiar e incisivo estilo defiende a capa y espada la lengua latina, sorprendentemente denostada por su presunto “machismo”. Totalmente de acuerdo con el fondo de la cuestión. Opinen ustedes.

“La ventaja de vivir en España es que a veces me dan hecha esta página, o casi. Hoy se la brindo a la Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres, a cuya presidenta, Rafaela Pastor, debo el asunto. Diré de paso que escribo presidenta porque está impuesto por el uso –por eso figura en los diccionarios– y también por ese agradecimiento del que antes hablaba; en realidad presidenta es a presidente lo que amanta es a amante; y que yo recuerde ahora, sólo parturienta es de verdad parturienta y no parturiente, pues las únicas que paren son las hembras, mientras que amante, contribuyente, paciente o presidente, por ejemplo, son palabras de género neutro –aquí sí es correcto decir género y no sexo, pues hablamos de palabras, no de personas–. Pero bueno. Igual todo esto es muy complicado para doña Rafaela. Así que para no darle quebraderos de cabeza, iré al grano. Y el grano es que la antedicha, en nombre de la plataforma que preside, exigió hace unos días que la Real Academia Española incluya en el diccionario las palabras miembra y jóvena, con este singular argumento de autoridad: «Si tenemos que destrozar el lenguaje para que haya espacios de igualdad, se deberá hacer». Y además, dos huevos duros.

Pero lo más bonito del aquí estoy de doña Rafaela se refiere al latín, al que acusa de originar buena parte de los males que afligen a las mujeres en España. El latín es machista y culpable, sostiene apuntando con índice acusador. El español actual viene, según ella, de una lengua forjada en una época «en que las mujeres eran tratadas como esclavas y eran los hombres los que decidían y concentraban todo el poder». Sobre el árabe –que también tuvo algo que ver en nuestra parla– doña Rafaela no se pronuncia: sería racismo intolerable en boca de una feminata andalusí. Es sólo la lengua de Virgilio y de Cicerón la que, a su juicio, «nos supone un lastre, ya que validamos nuestra sociedad mirando siempre al pasado». Lo curioso es que, a continuación, la señora –dicho sea lo de señora sin animus iniuriandi– admite que ni sabe latín ni maldita la falta que le hace. Sobre la historia de Roma, de quiénes eran esclavos y quiénes no lo eran, tampoco parece saber más que de español o de latín; pero en política, como en Internet, cualquier indocumentado afirma cualquier cosa, y no pasa nada. Es lo bueno que tienen estos ambientes promiscuos. Cuantos más somos, más nos reímos.

Lo más estupendo y moderno es la conclusión de doña Rafaela: hace falta una represión «a través de inspecciones sancionadoras» de quienes no ajusten su lenguaje a la cosa paritaria, a las leyes de igualdad estatal y andaluza, y a ese prodigio de inteligencia y finura lingüística que es el Estatuto de Andalucía. En cuyo contenido político, por cierto, no me meto; pero cuya pintoresca redacción, que incurre en los extremos más ridículos, debería avergonzar a todos los andaluces –y andaluzas– con sentido común. O sea: para que España sea menos machista, cada vez que yo me siento a teclear esta página, por ejemplo, debería tener a un inspector de lenguaje sexista sentado en la chepa, dándome sonoras collejas cada vez que escriba señora juez en vez de señora jueza –que la RAE incluya algo en el diccionario no significa que sea lo más correcto o recomendable, sino sólo que también se usa en la calle–; o me haga pagar una multa si no escribo novelas paritariamente correctas: un guapo y una guapa, un malo y una mala, un homosexual y una lesbiana, una parturienta y un parturiento.

Y sobre todo, el latín. Ahí está, sí, la fuente de todos los males, a juicio de doña Rafaela y su hueste. Tolerancia cero, oigan. Incluso menos que cero. Ni un elogio más a esa lengua que, incluso muerta, sigue haciendo tanto daño. Porque cada vez que a una mujer la despiden del trabajo en Manila por estar embarazada, la culpa es del latín. Cada vez que una mujer taxista le grita a otra conductora –lo presencié en Madrid– «¡Mujer tenías que ser!», la culpa es del latín. Cada vez que hay una ablación de clítoris en Mogadiscio, la culpa es del latín. Cada vez que un hijo de puta acosa o viola a su empleada en San Petersburgo, la culpa es del latín. Cada vez que un capullo meapilas se arrodilla ante una clínica de Londres con los brazos en cruz para protestar contra el aborto, la culpa es del latín. Cada vez que un marido llega a casa borracho, en Yakarta, y golpea a su mujer, la culpa es del latín. Cada vez que una mujer le pega una paliza en Vigo a la mujer que es su pareja, la culpa es del latín. Si los académicos no hubieran estudiado latín, la Real Academia Española estaría llena de miembras, y el diccionario lleno de jóvenas. Y a las imbéciles, con mucha propiedad, las llamaríamos imbécilas”.

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Estimad@s amig@s:

De acuerdo con el calendario electoral que en su día os hice llegar, ayer, 22 de febrero, se elevaron a definitivos los resultados de las elecciones del pasado 11 de febrero, y en consecuencia quedó proclamada también de manera definitiva la Junta electa en las urnas.

Puesto que no todos pudísteis estar presentes el día de la última Asamblea, quiero enviaros esta pequeña reflexión:

desde marzo de 1995, fecha en que tomé posesión del cargo como secretaria de esta Sección de la SEEC, he procurado siempre poner toda mi ilusión y esfuerzo en el desempeño de mis competencias como tal, aún cuando en ocasiones, por circunstancias personales, como en la vida de cualquier ser humano, no he andado muy sobrada de fuerzas ni de entusiasmo.

Sin duda hacía ya tiempo que cualquiera de entre vosotros podía haber ocupado mi lugar, pero si me he mantenido en el puesto podéis estar seguros de que no ha sido por apego al “poder”, sino por corresponder a la confianza que en mí han depositado los sucesivos Presidentes que en los últimos años han desempeñado el puesto, desde Rosa Iglesias hasta Chelo Álvarez, pasando por Esteban Calderón, así como los socios que habéis dado vuestro voto a las sucesivas candidaturas de las que he formado parte.

Ha sido para mí muy grato ser miembro de las distintas juntas directivas en esta larga andadura de ¡19 años! (13 como secretaria y 6 más como vocal, desde mi alta como socia en el ya lejano 89), pero indefectiblemente todo llega a su final, un final que no lo es tanto, porque si durante casi media vida -como muy bien señaló Rosa-, he estado y me he sentido vinculada a la SEEC por los lazos invisibles del afecto y la convicción de que compartimos ideales por los que merece la pena luchar, del mismo modo he de seguir estándolo en adelante, independientemente de que participe o no de su Junta Directiva.

Mi enhorabuena a cada uno de los miembros de la (semi)nueva Directiva, y los mejores augurios. Estoy convencida de que obtendrán éxito en sus gestiones, porque son de justicia y porque las llevan a cabo con ilusión y empeño, y, además, porque cuentan con el respaldo de sus socios, entre los que me incluyo.

Nada más, sino agradeceros vuestra comprensión y vuestra indulgencia por los fallos que he podido cometer durante estos años, y también por vuestras invaluables muestras de aprecio, que son sin duda el mejor estímulo para acometer cualquier empresa, sea cual sea su envergadura.

Un inmenso y colectivo abrazo con el testimonio de mi afecto y agradecimiento.

Hasta siempre

Charo Guarino

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NoticiasNueva Junta Directiva de la SEEC en Murcia

El pasado 11 de febrero se realizaron en Murcia las Elecciones para la renovación de la Junta Directiva de la SEEC. Con fecha de hoy queda proclamada la nueva Junta, a la que felicito y deseo mucho éxito en sus iniciativas y proyectos. Aquí puedes ver el acta de la proclamación.

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  • Última modificación: 2019/12/22 21:57
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