Mi docencia

LOS CAMINOS DEL TRABAJO INTELECTUAL
UNA GUÍA PARA JÓVENES TRABAJADORES INTELECTUALES

Una de las definiciones más hermosas de la inteligencia es, para mi gusto, aquella que la describe como “la facultad de orden”, la facultad para organizar y organizarse a sí misma. Nuestra inteligencia, no solamente ha de dirigir las tareas de las demás facultades del hombre y nuestras acciones, sino que también debe organizarse y dirigirse a sí misma en su trabajo.

Desde muy temprana edad a los jóvenes de las naciones de occidente y quizás también en otras latitudes, se les exige una ingente labor intelectual; y ello a través de múltiples disciplinas o asignaturas de las más distintas materias. Pero raramente se les enseña el modo de trabajar, tanto para adquirir el cúmulo de conocimientos, que cada vez resulta mayor, y menos aun el modo o los métodos para llevar a cabo una labor propia tanto en la adquisición, como en la presentación de sus propios conocimientos. Se les pide frecuentemente que hagan trabajos, redacciones, recopilaciones, etc. y siempre desde luego se les exigen pruebas o exámenes, que demuestren los conocimientos adquiridos. Esto es así desde los primeros cursos de enseñanza primaria, hasta los últimos en la universidad. El término de la carrera intelectual suele venir marcado por un acto, que se supone y suele ser de una notable madurez en el trabajo de investigación: es la clásica tesis doctoral o el “trabajo fin de carrera”, que corona una carrera y muestra al candidato como persona apta o preparada e incluso bien capacitada para el trabajo intelectual.

Este no consiste tanto en ir aprendiendo o embaulando conocimientos y saberes conseguidos por el trabajo o la investigación de otros – aunque ello sea un requisito imprescindible normalmente, pues no se puede comenzar a partir de la nada o de la ignorancia absoluta – sino que consiste sobre todo en las investigaciones o esclarecimientos de los problemas logrados por uno mismo. Quedarse en lo primero equivale a empacharse de datos e informaciones, que no exceden de una cultura meramente libresca y que no adiestran para la vida ni para la inteligencia; si es que no se nos olvidan prestamente, como sucede en la mayoría de los casos. Lo que no se usa ni se asimila, se posee como superfluo, como un fardo inútil, del que urge desembarazarse cuanto antes…

Por tanto, es preciso que gradualmente se proceda a un aprendizaje más activo, esto es, a una forma de adentrarse en el conocimiento de los temas y problemas a estudiar de forma más personal. Esto no significa que uno pretenda investigar la verdad, dejando de lado los libros y los estudios de todos los que nos han precedido en la tarea intelectual; como si nadie hasta nosotros hubiera obtenido los favores de Minerva, la diosa de la sabiduría… La investigación personal, en un sentido estricto sólo puede llevarse a cabo después de un largo aprendizaje y madurez intelectual; normalmente exige mucho tiempo, aparte de cualidades personales y dedicación. Y actualmente, para la mayoría de las ciencias, se requiere contar con medios a veces muy costosos, tanto en libros o publicaciones, como sobre todo en instrumentos de investigación (laboratorios, aparatos, instrumentos, etc., etc.); pero sobre todo, esfuerzo personal, método apropiado y organización del trabajo, disciplina mental.

Cuando ahora hablamos de trabajo intelectual, aunque no descartamos el trabajo de investigación, como el culmen de dicho trabajo, nos referimos también a una manera de abordar el estudio y el aprendizaje de modo más activo y personal. Así p.e. la costumbre y la labor de estudiar haciendo esquemas o resúmenes de cada tema, sin ser una acto de investigación, es con todo una labor intelectual en sentido muy propio; superior y más digna de ese nombre que la simple lectura de los libros, incluso aunque uno se tome la molestia de ir subrayando ciertas frases o palabras, como hacen muchos estudiantes bien intencionados. Todo esto es lo mínimo e implica mayormente una actitud pasiva y meramente receptiva; como cuando nos ponemos ante el televisor para recibir, y a veces sufrir, lo que nos pongan en la pequeña pantalla.

Frente a esto lo que ahora proponemos a los jóvenes estudiantes, tanto de los estudios primarios, pero sobre todo de los estudios medios y de los universitarios, es una actitud más activa, casi agresiva diríamos, ante los temas o problemas que se han de conocer. Por supuesto, de ello se encarga ya el sistema en cuanto a obligar a esos actos, frecuentemente odiosos, de pruebas y exámenes escritos, como medio de valoración de los conocimientos adquiridos. La verdad es que de alguna manera debe conocer la sociedad, que paga nuestros estudios en muchos casos, o en todo caso nuestros padres, la suficiente preparación de sus jóvenes hijos para afrontar el futuro, para responsabilizarse a la vuelta de unos pocos años, de la dirección de los asuntos públicos en una sociedad democrática. Por tanto, no vamos a hora a proponer la supresión de esos actos o de otros ejercicios que los profesores puedan exigir a sus alumnos para superar con éxito una asignatura.

De lo que ahora queremos tratar es de ofrecer a estos jóvenes estudiantes unos métodos de trabajo, que a la vez que les ayudan a llevar a cabo una labor intelectual más personalizada y activa, les permita incluso enfrentarse con serenidad o sin mayor preocupación esas pruebas a que debe someterse, tanto si se trata de exámenes, como de trabajos o de ejercicios escritos, etc. etc. Porque, como hemos dicho, me parece que lo que falta en nuestros currículos de enseñanza es métodos de trabajo intelectual, de estudio y de fijación de conocimientos, así como métodos para presentar el fruto de nuestras labores, e incluso llegado el caso, de una investigación en sentido propio, como suele requerirse al final del tramo de formación universitaria.

Lo que ahora presentamos, sin ninguna pretensión didáctica especializada, es, con todo, fruto de serias meditaciones a lo largo de una más que mediana experiencia en el estudio, la docencia y la investigación. El autor ha sido estudiante en varias universidades europeas, en las que completó su formación; ha sido docente igualmente en varios centros superiores, tanto privados como públicos; y ha llevado a cabo diversas publicaciones de libros y de múltiples artículos de su especialidad en publicaciones periódicas especializadas, tanto españolas como extranjeras. Su formación es básicamente filosófica; y más concretamente se ha dedicado a la enseñanza de materias como la Lógica, y la Teoría del Conocimiento, así como de otras relacionadas con el trabajo intelectual. Digo todo esto, porque todo cuanto presento en esta obra está basado, tanto en la experiencia personal, como sobre todo en los consejos y ejemplos de los grandes maestros del pensamiento humano. En el ocaso de una larga carrera me he permitido volver la vista a los que comienzan o ya han hecho sus primeras armas, como suele decirse, en el ámbito de la labor intelectual. Y ello por si mi experiencia y los conocimientos adquiridos en el campo de la filosofía reflexiva pueden ser útiles a estos jóvenes, que poseen sinceros deseos de aprender por sí mismos del mundo y de la vida tanto o más que de los libros y quieren poseer también unas pautas metodológicas para exponer públicamente los conocimientos adquiridos.

Sin embargo, lo más importante en toda actividad es no perder de vista la meta, el objetivo principal. Ahora pudiera expresarse de varias maneras. Puede decirse que es conseguir la madurez intelectual de la persona. Puede expresarse como la conquista de la verdad. O bien, como se ha dicho muchas veces, en adquirir la sabiduría. Sobre esto último queremos anotar que no se ha de tomar en un sentido de ampulosa y vacía seriedad intelectual. A algunos les da miedo hablar de “sabiduría”, porque a veces se presenta como una meta inalcanzable, como una cumbre empinada y abrupta, o, lo que es peor, como una hinchazón vacía de intelectualidad y de sentimientos. Por supuesto, tampoco entendemos por sabiduría la vana erudición, si no va acompañada de madurez de juicio; ni la hinchazón de citas y frases impactantes de otros, si no va acompañada de la capacidad selectiva. Descartado, pues, ese sentido peyorativo y otros tópicos, como la consabida alienación del “sabio”, aquí proponemos un concepto de sabiduría que ciertamente no consiste siquiera en saber muchas cosas, sino en saberlas bien; no consiste en saber muchas opiniones y poder hacer brillantes citas de otros autores, sino en poder dar cuenta por nosotros mismos de lo que sabemos; e incluso en tener clara conciencia de nuestros límites, tanto personales como colectivos. Para nosotros la sabiduría es simplemente la ”ciencia sabrosa”, como indica su mismo nombre, es el conocimiento de la verdad con deleite intelectual. Ello es, según Aristóteles, por una parte fácil y por otra difícil. Si lo miramos por el lado de la dificultad, se presenta ciertamente como una meta elevada, como una montaña de cima nevada, que hay que escalar con esfuerzo. Pero ello merece la pena, como lo es para el escalador aficionado el llegar a coronar las cotas más elevadas. Su cualidad consiste, como hemos dicho, no en conocer muchas cosas, sino en conocerlas cada vez mejor, esto es, en poder ir más allá de las apariencias y de lo que está a primera vista, penetrando lo íntimo de las cosas. O, como decía un sabio, “llegar a conocer las causas”, el por qué de los hechos y de los objetos, en cada campo de la investigación; en otras palabras, la madurez de juicio crítico. Es para esto para lo que se requiere esfuerzo; pero un esfuerzo que debe ir acompañado, además, de un método adecuado; como el escalador profesional ha de equiparse de una metodología adecuada para llegar a la cumbre.

La obra contiene dos caras y hasta dos partes claramente diferenciadas. En una, que ocupa la parte más extensa, nos referimos a lo que pudiéramos llamar “las formas” o guías o estructuras formales, que nos sirven como apoyaturas, a veces como garfios de tractor, para desbrozar el camino y para establecer senderos de conocimiento. Esto constituye, sin duda, la parte principal y la que principalmente intentamos. En ella, pues, aunque procuraremos sazonar la enseñanza con ejemplos o modelos, se trata de formas o estructuras formales, para organizar por medio de ellas los diferentes contenidos o materiales de estudio e investigación. Por ello y aparte de las aportaciones desde la psicología y la experiencia, echamos mano sobre todo de los cánones y reglas de los llamados saberes formales, especialmente de la lógica y de la teoría del conocimiento.

Ahora bien, como dar reglas o normas sin contenido, o proponer moldes vacíos resultaría excesivamente abstracto y además posiblemente infecundo, estéril o menos inteligible, he procurado que las reglas del trabajo vayan orientadas hacia materias determinadas, si bien, todavía bastante genéricas, a fin de que puedan servir a un mayor número de trabajadores intelectuales en los más diversos campos. Para ello, he puesto al comienzo un capítulo con presentación más o menos justificada o convencional, de los campos genéricos principales, en los que suele desarrollarse la labor intelectual, tanto de los estudiantes, como de los que se inician en la investigación.

Así, sin ánimo de rigurosidad estricta, he propuesto como tres grandes espacios o campos, en los que el trabajo intelectual suele desarrollarse: a) El campo de los hechos reales, sean pasados, sean del presente. b) El campo de los textos u obras escritas, sobre los que se apoya muy frecuentemente el trabajo del estudio y del aprendizaje; distinguiendo en este campo tres sectores, según la finalidad y el contenido: textos con finalidad doctrinal, textos meramente informativos y textos propiamente literarios. c) Finalmente propongo un tercer campo, que se refiere ya propiamente a temas o grandes problemas de la vida humana y del conocimiento; estos temas van agrupados en tres secciones: problemas sobre el mundo y la naturaleza, problemas sobre el ser humano y problemas sobre el destino futuro, la trascendencia, la religión etc. Como se ve, habría dos o tres temas que no aparecen incluidos, al menos expresamente. Uno sería el conocimiento matemático, otro el aprendizaje de lenguas y un tercero el campo de la tecnología. Los dos primeros habría que incluirlos quizá entre los temas instrumentales, en cuanto su posesión es un medio justamente para el trabajo intelectual cualificado en determinadas áreas o quizás en casi todas, como es el conocimiento de lenguas, sean antiguas, sean modernas. El tercero, por poseer caracteres más particulares en su aprendizaje, que es de tipo práctico, requiere quizás también métodos un tanto diferentes; con todo, creo que muchos aspectos aquí incluidos pueden resultar útiles, incluso para la investigación tecnológica, sólo que modelados o adaptados a este tipo de labor intelectual.

Aunque a veces se tratan problemas difíciles y temas discutibles y discutidos por los pensadores y filósofos desde hace mucho tiempo, sin embargo no pretendemos entrar en discusiones ni disquisiciones fatigosas, sino que proponemos directamente lo que nos parece más correcto y adecuado; atendiendo, eso sí, a los fines que perseguimos y a una lógica y una psicología elementales, que pudieran decirse de sentido común (entendido, no tanto como “lo más común”, sino como el llamado “buen sentido”). Por ello hemos procurado en todo momento la mayor claridad de ideas, aportando ejemplos, cuando fuera necesario; aunque quizás en esto no nos hemos extendido demasiado, como sería de desear, y ello en aras de la brevedad y concisión del pensamiento y de las directrices sugeridas. Y una última advertencia: no pienses, lector amigo, que esto se ha escrito exclusivamente para genios o superdotados. Más bien, al contrario, dejamos de lado la genialidad en lo que tenga de natural o dado, para fijarnos en la otra cara, sin la cual la genialidad misma suele resultar habitualmente estéril y vacía: el trabajo asiduo, constante y distendido. No es casualidad que hayamos puesto por título “el trabajo intelectual”, pues nos vamos a referir a ello, que es algo al alcance de cualquiera, sólo se requiere voluntad. Y para este trabajo intentamos establecer rutas, accesos y guías, que permitan al trabajador intelectual avanzar sin prisa y sin pausa, con dedicación y a ser posible con complacencia, en ese camino de la labor inteligente. Pensemos en el aficionado a resolver acertijos, jeroglíficos o crucigramas: cuando ha adquirido una cierta práctica y unas pautas o guías, el trabajo ya no es fatigoso, es un juego y resulta satisfactorio, gratificante. Así entiendo que debemos tomar el trabajo intelectual, cuando se hace bajo unas guías o unos métodos, que aseguran a la vez el fruto y el gozo por la labor realizada. En la contemplación de lo verdadero pusieron antiguos filósofos la felicidad del hombre, como ser racional. En lo que sigue no nos limitamos exclusivamente a la labor del investigador teórico o puro, pues muchas cosas o la mayoría son aplicables también al trabajador técnico; con todo, es cierto que principalmente nos referimos a la labor intelectual, que suele desembocar en lo que se denomina “saber” o conocer a fondo las cosas.

  • Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ( p. 1)

1- El mundo y sus alrededores o Sobre los campos genéricos del trabajo intelectual (8)

  1. Lo que hay o el campo de los hechos (9)
  2. El campo de los escritos (13)
  3. Lo que se pregunta o el campo de los temas (29)

2- Se hace camino al andar: Sobre los métodos en general(36)

  1. El método: su significación (36)
  2. Orden y disciplina: la importancia del método (40)
  3. Variedad de métodos (43)
  4. Métodos de enseñanza y métodos de aprendizaje (44)
  5. Las bases de la metodología (48)
  6. En busca del conocimiento (54)

3- La observación de los hechos (56)

  1. Apuntes sobre psicología de la sensación (56)
  2. Experiencia y experimentación (59)
  3. Las coordenadas de la observación (68)
  4. El estudio de los textos (71)

4- El arte de saber preguntar (78)

  1. Desde la observación a la admiración y la búsqueda (78)
  2. La lógica inquisitiva (83)
  3. Juicios inquisitivos o preguntas (84)
  4. El arte de preguntar (89)

5- El viajero en la encrucijada. Sobre dudar, discutir y dialogar (93)

  1. El proceso disputativo y el diálogo (94)
  2. Las modalidades de la discusión (95)
  3. Ejercicio del método dialógico o dialéctico (98)
  4. Duda metódica y duda escéptica (100)

6- Describir correctamente. Definir (101)

  1. Las definiciones nominales. Uso de diccionarios (101)
  2. El problema general de las definiciones nominales (110)
  3. Para conocer la naturaleza de las cosas (112)
  4. Definiciones reales. Descripciones (115)
  5. Definiciones positivas esenciales (118)
  6. Las técnicas definitorias (121)

7- Orden en el trabajo. Divisiones. Clasificaciones. Ordenaciones (124)

  1. Las divisiones (125)
  2. Clasificaciones (131)
  3. Ordenaciones sistemáticas. sistemas (134)
  4. Orden, belleza, conocimiento (136)

8- El bisturí de la inteligencia: Análisis y síntesis (142)

  1. Análisis/Síntesis o la circularidad de la mente (143)
  2. Los procesos analíticos y sintéticos (144)
  3. Aplicaciones en diversos campos (147)

9- La palanca de la Razón. Los métodos del razonamiento (153)

  1. El razonamiento humano: sus fuentes y modos (154)
  2. Los métodos inductivos o de universalización (158)
  3. Los métodos deductivos (162)

10- Las comprobaciones y la falsación (165)

  1. Diversos tipos de falsación (165)
  2. El examen de las objeciones (167)
  3. Las formas de la verdad y del error (169)
  4. Fuentes del error humano (175)

11- Salir al público: La presentación pública de los resultados del trabajo intelectual (179)

  1. Diversos medios y soportes (179)
  2. Las partes genéricas de cualquier trabajo (180)
  3. Complementos posibles (182)
  4. Modo literario y aparejo metodológico (182)

12- Fuentes y Modelos (185)

  • APÉNDICE: Doce consejos de un sabio a su discípulo, para la adquisición de la sabiduría (194)
  • Indice . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .(208)

(Proyecto general en construcción)

Proyecto general de: “

CUADERNOS DE FILOSOFIA”

© Autor: Dr. Lorenzo VICENTE BURGOA.— (Profesor Universidad de Murcia)

*PROYECTO GENERAL* El Proyecto General comprende las bases fundamentales y las líneas generales del presente Proyecto editorial.

1. PROYECTO CIENTÍFICO El presente proyecto CF. tiene como objetivos: la investigación y divulgación de temas filosóficos, por medio de especialistas en las materias respectivas. El aspecto de la investigación se cumplirá mediante el estudio y edición de temas monográficos en dos niveles: —De instrumentos y medios de investigación filosófica (Básicamente: Bibliografía lo más completa posible o deseable para cada tema; textos, tanto de los filósofos —fuentes— como de los expositores o comentaristas más autorizados, y ello en traducciones fidedignas o/y en ediciones bilingües; sugerencias o discusiones sobre temas…) —De trabajos monográficos de investigación, tanto de tipo histórico como temático y sistemático. El aspecto de la divulgación se cumplirá mediante la edición de estudios monográficos de divulgación, estudios sintéticos o estudios históricos sobre temas determinados.

1.1. SECCIONES: En concreto, el Proyecto general constará de CUATRO SECCIONES de temas filosóficos:

*Teoría del Conocimiento (Filosofía reflexiva): “Cuadernos de Teoría del Conocimiento”: CTC

*Metafísica : “Cuadernos de Filosofía Primera”: CM

*Etica y Ciencias sociales : “Cuadernos de Etica y Sociología”: CECS.

*Lógica : “Cuadernos de Lógica formal”: CLF

Inicialmente se comenzará con la Sección de Teoría del Conocimiento, y posteriormente, según la experiencia vaya indicando, se seguirá por las demás Secciones.

1.2.TEMAS MONOGRAFICOS:

Cada Sección se estructurará en torno a unos Temas monográficos, claramente definidos y ensamblados entre sí en un plan sistemático, aunque abierto y no rígido. Cada Sección constaría de unos 70 temas monográficos aproximadamente.Cada Tema o Cuaderno se señalará con la letra de la Serie, según su enfoque (Ver Series: histórico, sistemático, ensayístico, intrumentos de investigación). Y dentro de cada Serie se ordenarán numeralmente por orden de publicación. Cada tema será redactado por uno o varios autores, especialistas en el mismo, teniendo en cuenta la orientación según las Series. Los Cuadernos serán de dos tipos: Sencillos (de menos de unas 36-40 pp.en formato de A4) o Dobles (de entre 40 a 64 pp.)

1.3. Las SERIES

La Serie representa para cada tema monográfico el enfoque especial del mismo, según los objetivos de investigación o divulgación. Dentro de cada tema se prevén cuatro tipos de trabajos o cuadernos, agrupados en series:

Serie A: ESTUDIOS MONOGRÁFICOS DE CARÁCTER HISTÓRICO


Estudio del tema en un sistema, autor o época determinados, o comparativamente en varios. Su carácter es marcadamente histórico: es decir se orientan al conocimiento del tema en tal o cual autor o sistema. Pueden ser de dos tipos: o bien en orden a conocer simplemente y discutir la mente o doctrina auténtica de un autor sobre el tema en cuestión; o bien, ulteriormente a valorar críticamente esa doctrina.

Serie B: ESTUDIOS DE CARÁCTER DOCTRINAL Y SISTEMÁTICO.


Trabajos que constituyen una síntesis doctrinal del tema. Se orientan a ofrecer una visión sintética (que favorezca la preparación de clases, de exámenes o de oposiciones) sobre el tema correspondiente. Se caracterizarán, pues, por la claridad el orden y la concisión expositiva. Deberán constar de: Esquema general, texto básico con subtítulos y subdivisiones, bibliografía selecta (no más de dos o tres páginas, primando libros y obras en castellano). Se recomienda: cuadros sinópticos, gráficos explicativos o aclarativos, textos importantes de filósofos (en recuadros, con indicador por medio de asteriscos *…); las notas imprescindibles al pie de página; léxico o glosario de términos (al final, no más de dos páginas); resúmenes o esquemas doctrinales.

Serie C: MONOGRAFÍAS DE CARÁCTER ENSAYÍSTICO (Ensayos)


Se orientan a ofrecer una visión original o innovadora sobre el tema, sea de tipo crítico, sea doctrinal. Gozan de la máxima libertad, dentro de los límites de extensión, siempre que presenten un estudio razonado (problemas, exposición de hipótesis o teorías, indicación de soluciones o tesis con fundamentación adecuada…). Son, pues, trabajos de investigación. Las citas, aunque se hagan en castellano en el texto, deberán ofrecer generalmente al pie de página el texto original o la referencia a una edición de garantía. . Al igual que los estudios de tipo histórico, pueden ser trabajos redactados especialmente para la colección CF. o bien estudios ya publicados en revistas de investigación de reconocido prestigio. En este último caso, deberán adaptarse a las características de la colección y presentar el permiso por escrito de la editorial o revista en que se hayan publicado, enviando a la dirección de CF. el original del citado permiso(que será devuelto a petición del interesado) con las condiciones de reproducción del texto.

Serie D: MATERIALES O INSTRUMENTOS DE TRABAJO.


Esta serie constará de colecciones de materiales (textos, información bibliográfica, notas o discusiones, etc.) que constituyen los materiales básicos de trabajo en orden a un estudio o investigación sobre el tema. Se ordenan, pues, a favorecer los instrumentos de trabajo personal. Se trata principalmente de ofrecer: a) los textos o documentos básicos de los autores más importantes, sobre el tema, que abarquen varios autores o épocas (no de un solo autor, a no ser excepcionalmente, por su importancia y extensión). b) Información bibliográfica amplia sobre el tema (incluyendo especialmente las publicaciones de los últimos decenios); c) Textos o documentos más extensos de uno o dos autores, que se consideran de máximo interés sobre el tema o que se consideran como texto clave o “clásicos”. Dichos documentos, lo mismo que la información bibliográfica, deberán presentarse organizados en torno a diversos aspectos del tema en cuestión. Se recomienda : a) que los textos más importantes vayan precedidos de una nota biográfica y bibliográfica sobre el autor del texto (una o dos páginas); b) que la bibliografía propuesta lleve un pequeño comentario, al menos los libros (de dos a cinco líneas).

NOTAS:1) Así pues, las Secciones se estructurarán según los Temas monográficos. Y cada tema se abordará según un determinado enfoque, representado por la Series. Incluso dentro de cada Serie caben diversos trabajos o subtemas, como p.e. en las exposiciones históricas o en los estudios de investigación. Por lo que la colección permanece abierta siempre a nuevas aportaciones para cada tema. En particular, se prevé incorporar a la colección aquellos estudios monográficos de especial relevancia, que se publicaron en su momento en revistas especializadas y quedaron como “a tras mano”, pero que poseen vigencia doctrinal. Igualmente, resúmenes o síntesis de obras mayores sobre temas monográficos, sobre todo, de difícil acceso. Todo ello, contando naturalmente con los permisos pertinentes de los autores y editores o detentores de la propiedad intelectual correspondiente; así como con la adecuación a los caracteres de la colección de los Cuadernos, a juicio de la Dirección de los mismos.

2) Cada Serie irá asociada a un color distintivo, que aparecerá en los encartes de los cuadernos correspondientes, según las diferentes Secciones. 3) Dado que sobre el mismo tema caben diversos estudios, tanto desde el punto de vista histórico, como del de Ensayos e incluso de Materiales instrumentales, dentro de cada Serie se añadirá un número, por orden de aparición o publicación. 4) Dado que sobre cada tema básico pueden aparecer estudios desde diversos puntos de vista (Series), con el tiempo la Dirección, junto con la Editora, se reservan el derecho a publicar en forma de libros los trabajos sobre un mismo tema, o bien los de una misma Serie. 5) Se favorecerá el que los adquirientes de la colección puedan encuadernar fácilmente los diversos fascículos sobre el mismo tema. 6) No se trata de una colección de libros, sino de cuadernos sobre temas muy concretos. Se trata de recoger la investigación o los estudios de divulgación que pueden ofrecerse en cuadernos de un máximo de unas 64 páginas de texto (formato A4) o su equivalencia en Documentos on line. 7) Ni siquiera se trata de que sean obras de absoluta primariedad científica. Pueden ser estudios ya publicados en revistas de investigación, pero que han quedado “empozados” en números ya atrasados y como olvidados. Sólo se requiere que dicha investigación no se halle desfasada y que el texto se acomode a las característica editoriales de la Colección C.F.

Nota importante. Sobre traducciones y utilización de textos de otros autores. Se recomienda que, a ser posible, los autores utilicen traducciones de textos hechas personalmente. Mas dado que ello no sea posible o no sea necesario, dado que existen ya traducciones aceptables, que se desean utilizar, cuando se trata de transcripciones de textos largos (que exceden lo que normalmente se entiende por citas) sobre todo, cuando se trata de textos en recuadros y de Textos en forma de antologías (Serie D) es preciso contar con el permiso por escrito de los autores o editores (quien tenga la propiedad intelectual). Tal permiso será recabado por el autor del trabajo y enviado el original del permiso a la dirección de CF.(que lo devolverá a petición del interesado).

2. ORIENTACIÓN Y NIVEL DE LOS C.F.

Con respecto al nivel de los Cuadernos de Filosofía (C.F.): en el plan va indicado que unos responderán a un carácter de investigación y otros tendrán un carácter de síntesis doctrinal y divulgativa. Para ello, se prevén las Series, dentro de cada tema: A la investigación responde la Serie de instrumentos (Textos y documentos bibliográficos) y la de Ensayos sobre el tema. Otra Serie, pretende ofrecer síntesis doctrinales sobre un tema y estudios divulgativos. Y luego la Serie de estudios históricos, que puede responder a ambos aspectos. Así, al final y sobre cada uno de los temas, podrán tenerse, al menos cuatro enfoques diferentes: histórico, sintético, de ensayo e innovación , instrumental—metodológico. Así pues, según la Sección, pueden interesar tanto a profesores, como a estudiantes, opositores… Pensamos p.e. en los profesores de Institutos y en otros muchos de otras materias humanísticas e incluso científicas, así como en los aficionados a leer filosofía.

En cuanto a la orientación doctrinal, se piensa en una orientación abierta a toda verdad, tolerante y no dogmática. Aunque tampoco relativista o escéptica en sentido extremo. Ni apologética, ni beligerante con otras culturas; aunque sí crítica con ellas, si el caso lo requiere.

3. REDACCION Y DIRECCION

La redacción de los Cuadernos monográficos correrá a cargo de especialistas en la materia. Se llevará a cabo o bien por invitación del Comité editorial o bien por ofrecimiento de los autores. En cualquier caso, cada trabajo deberá pasar previamente la censura de al menos dos expertos en la materia.

Habrá un Consejo editorial, del que formarán parte, entre otros miembros posibles, los Directores de las Secciones anteriores. Este Consejo general establecerá las condiciones comunes de trabajo y colaboración, así como será el encargado de las relaciones con la Casa Editorial, en cuanto a los aspectos generales de edición de los Cuadernos. Igualmente se constituirá un Comité o Consejo científico general, a nivel internacional, constituido por miembros de prestigio en las materias de las diversas Secciones, y cuya misión será la de asesorar a la Dirección de los Cuadernos acerca de orientaciones, temática, calidad de las colaboraciones, propuesta de publicaciones de Cuadernos, etc. Los nombres de dicho Consejo aparecerán en los encartes de cada Cuaderno. En todo caso se indicará expresamente que las opiniones de cada autor son responsabilidad exclusiva del mismo y no tienen que coincidir necesariamente con las opiniones de los miembros del Consejo asesor.

4. EDICIÓN Y PERIODICIDAD

Para la edición, distribución, venta y administración se contará con una prestigiosa casa Editorial, con la que se establecerán los contratos pertinentes. La publicación de los CF no estará sujeta a una determinada periodicidad (no es una revista más de Filosofía), sino que cada Cuaderno aparecerá en el momento en que se considere suficientemente preparado cada estudio. La Dirección se reserva la posibilidad de una edición electrónica, vía Internet, en concordancia con la Editora, que se haga cargo del Proyecto impreso. Igualmente se reserva los permisos de traducción y de edición en otros países.


TEMARIO

(== Los números en negrita corresponden a los cuadernos monográficos de esta Sección. Dentro de cada número caben las cuatro series, según el enfoque: histórico, doctrinal-sintético, ensayo-discusión, materiales).

1. CUESTIONES INTRODUCTORIAS


1.1. Enfoques y planteamiento de la T.C (1) 1.2. El método propio de la T. del C. en cuanto teoría “crítica” (2) 1.3. Estructura temática general de la T. del C (3) 1.4. Sobre la posibilidad de una autocrítica de la Razón. (4) 1.5. Fuentes históricas. Principales sistemas y direcciones (5) 1.6.Otros temas introductorios (6)

2. EL HECHO COGNITIVO (Hacia una fenomenología del conocimiento)


2.1. Emergencia de la conciencia.Bases biológicas y filogenéticas(Notas Biología cognitiva)(7) 2.2. El sujeto humano y su constitución. (Antropología cognitiva) (8) 2.3. Génesis y evolución de la mente (Psicologia cognitiva. Epistemología genética) (9) 2.4. Conocmto. y entorno social (Sociología del conocimiento) (10) 2.5. Condicionantes culturales: Lenguaje y pensamiento.(11) 2.6. Aspectos irracionales. Conciencia y subconsciencia.(12) 2.7. Otros problemas de fenomenología cognitiva (13)

3. CUESTIONES DE ONTOLOGIA DEL CONOCIMIENTO


3.1. El hecho cognitivo: modos principales; estructuras básicas(14) 3.2. Sobre la “esencia” o naturaleza del conocimiento(15) 3.3. Cualidades generales del conocimiento: La intencionalidad (16) 3.4.Valores posibles del conocimiento: 3.4.1 La noción y los modos de la objetividad (17) 3.4.2 La noción de verdad (18) 3.4.3 El problema y las fuentes del error humano (19) 3.4.4 La noción y clases de evidencia.(20) 3.4.5 La noción de certeza y sus fundamentos objetivos (21) 3.5 Otros temas referentes a la naturaleza y valores del conocimiento humano (22)

4. ANÁLISIS CRITICO DEL CONOCIMIENTO HUMANO


4.1 Análisis critico general:

4.1.1 La reflexividad del conocimiento, como acto y como función crítica.(23) 4.1.2 Sobre el origen del conocimiento. Innatismos. Apriorismo puro.(24) 4.1.3 Sobre el objetos y limites del conoc.: qué conocemos. Agnosticismos (25) 4.1.4 Sobre la objetividad o realismo del conocimiento humano, en general.(26) 4.1.5 Sobre la posibilidad de la verdad. Escepticismo. Formas históricas (27). 4.1.6. Relativismos.(28) 4.1.7. Otros problemas de análisis crítico general (29)

4.2. Análisis crítico fundamental : Examen de las funciones fundamentales

4.2.1.1 El conocimiento intuitivo. Modos, cualidades, límites(30) 4.2.1.2. Valoración crítica del conocer intuitivo (31)

4.2.2. El conocimiento sensible: 4.2.2.1. Fenomenología del c. sensible (Concepto, objetos, potencias…) (32) 4.2.2.2. Valoración crítica del c. sensible: problemática, respuestas (33). 4.2.2.3. La experiencia humana y sus ámbitos. Su función y valor.(34)

4.2.3. El conocimiento abstracto: 4.2.3.1: Modos del c. abstracto .Fenomenología de la accion abstractiva (35) 4.2.3.2. Valoración crítica del conocer abstractivo (36) 4.2.3.3. El problema de los universales (Formación, sentido, valor noético) (37)

4.2.4.1. Gnoseología y Crítica del juicio en general (38). 4.2.4.2 Noción y división kantiana de los juicios. Los j.sintét. a priori(39) 4.2.4.3 Gnoseología de los principios racionales, en general (40) 4.2.4.4 El principio de no-contradicción y el de tertio excluso (41) 4.2.4.5 El principio de causalidad eficiente y de razón suficiente (42) 4.2.4.6.El principio de finalidad (43)

4.2.5 Crítica del conocimiento discursivo en general. Fenomenología (44) 4.2.5.1 El conocimiento deductivo. Tipos, principios y reglas (45) 4.2.5.2 El conocimiento inductivo. El problema de la inducción (46)

4.2.6 Valoración crítica de algunos conocimientos especiales: 4.2.6.1 El conocimiento por causalidad (47) 4.2.6.2El conocimiento por analogía y proporcionalidad (48) 4.2.6.3 El conocimiento acerca de sí mismo (49) 4.2.6.4 El conocimiento de lo múltiple y lo contingente (50) 4.2.6.5 El conocimiento del infinito (51) 4.2.6.6 El conocimiento del futuro (52) 4.2.7 Otros tipos de conocimiento (53)

5. ANALISIS CRITICO especial: El conocimiento científico (Epistemología) 5.1. Gnoseología del conocimiento científico en general (54) 5.1.1 Filosofía de la ciencia, en general (55) 5.1.2 Los métodos científicos. Los métodos del pensamiento (56)

5.2. El conocimiento teorético: 5.2.1. El conocimiento metafísico y su alcance (57) 5.2.2. Epistemología del conocimiento matemático (58) 5.2.3 Gnoseología del conocimiento físico-químico(59) 5.2.4. Gnoseología de las ciencias de la vida (60) 5.2.5. Epistemología de las ciencias sociales(61) 5.2.6. Gnoseología del conocimiento histórico(62)

5.3. El conocimiento credencial: las creencias en general. Fenomenología (63) 5.3.1. Criterios y fundamentos de la credibilidad (64) 5.3.2. La credibilidad del testimonio humano (65) 5.3.3. La credibilidad doctrinal e histórica (66) 5.3.4. Las creencias religiosas (67)

5.Conocimiento y Razón práctica 5.4.1. Conocimiento práctico, en general (68) 5.4.2. Las ciencias morales y jurídicas (69) 5.4.3. La tecnología (70)

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