Octubre de 2012

El 28 de junio de 1712, en la ciudad suiza de Ginebra, nació Jean-Jacques Rousseau. En 1762, a los cincuenta años de edad, publicó dos de sus obras más influyentes: Emilio o De la Educación y El contrato social.

Durante los días 17, 18 y 19 de octubre de 2012, coincidiendo con el tercer centenario de su nacimiento y los 250 años de esas dos obras, se ha celebrado en Murcia el Congreso Internacional III Centenario de Jean-Jacques Rousseau (1712-2012), organizado por la Universidad de Murcia (Facultades de Filosofía, Derecho, Letras y Educación) y la Universidad de Almería (Facultad de Humanidades).

Los coordinadores del Congreso hemos sido dos profesores de la Universidad de Murcia (UMU): José López Hernández, Profesor Titular de Filosofía del Derecho en la Facultad de Derecho, y yo mismo, como Catedrático de Filosofia y Decano de la Facultad de Filosofía. En el Comité de Organización han participado también Jorge Novella Suárez (Fac. Filosofía de la UMU), Ángel Prior Olmos (Fac. de Filosofía de la UMU), José Luis Egío García (Fac. de Filosofía de la UMU, actualmente becado en la UNAM de México), Damián Omar Martínez Arias (Fac. de Filosofía de la UMU), Ricardo Teruel Díaz (Fac. de Filosofía de la UMU), Alicia Poza Sebastián (IES “Julián Andúgar” de Santomera, Murcia), Alfonso Saura Sánchez (Fac. de Letras de la UMU), Antonio Viñao Frago (Fac. de Educación de la UMU), Cayetano Aranda Torres (Fac. de Humanidades de la Universidad de Almería) y Cinta Canterla González (Fac. de Humanidades, Universidad Pablo Olavide de Sevilla).

En el acto de inauguración del Congreso, tras las palabras de bienvenida y de agradecimiento a todos los participantes (conferenciantes, ponentes, comunicantes y asistentes) y a las instituciones que nos han ayudado en la organización y financiación del mismo, quise concluir con un par de palabras que reproduzco a continuación:

Una primera palabra en memoria del profesor Eduardo Bello Reguera. Eduardo falleció hace ahora dos años, el 12 de octubre de 2010. Fue el primer decano de la Facultad de Filosofía de la UMU y en los últimos años de su vida se había dedicado al estudio de la Ilustración y de Rousseau. De hecho, fue él quien tuvo la idea de poner en marcha este Congreso y hoy debería estar en esta mesa, en mi lugar. Cuando falleció, escribí un nota necrológica titulada “Un ilustrado amable”. Eduardo era un ilustrado amable y habría disfrutado mucho participando en este Congreso.

Una segunda palabra sobre Rousseau. En los próximos tres días, vamos a discutir mucho sobre la vida y la obra de Rousseau, sobre su lugar en el conjunto de la época ilustrada, sobre la influencia de sus ideas en los dos últimos siglos, sobre la recepción que tuvo en los países iberoamericanos, y, por último, sobre su posible vigencia en el siglo XXI. Vamos a discutir sobre un personaje y una obra que son extremadamente complejos y contradictorios, como lo ha sido la propia modernidad, como lo ha sido el Occidente heredero de la Ilustración y de la Revolución. Pero yo quisiera llamar la atención de ustedes sobre lo que está sucediendo hoy en nuestro país, en Europa, en el mundo, y sobre lo que Rousseau puede decirnos a propósito de todo esto.

Hoy se celebra el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. En España, tras cinco años de crisis económica y tras dos años de políticas de austeridad extrema, ha aumentado de forma alarmante el porcentaje de personas que viven en situación de pobreza y de exclusión social, hasta situarse por encima del 20%. Según el último informe de Eurostat realizado con datos de 2011, la desigualdad social se ha incrementado en toda Europa durante los últimos cinco años, pero España bate el récord, porque se ha convertido en el país con mayor desigualdad social de toda la Unión Europea.

Este fenómeno es de una enorme gravedad económica y social, porque revela una profunda quiebra de nuestro modelo de crecimiento y de solidaridad social, pero tiene también una enorme gravedad jurídica y política, porque está provocando una quiebra de la legitimidad y de la confianza en las instituciones democráticas.

En estas circunstancias, creo que sigue siendo necesario releer el Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres de Rousseau. Uno no puede dejar de evocar las memorables palabras con las que da comienzo la Segunda Parte de este Discurso:

“El primero al que, tras haber cercado un terreno, se le ocurrió decir esto es mío y encontró personas lo bastante simples para creerle, fue el verdadero fundador de la sociedad civil. ¡Cuántos crímenes, guerras, asesinatos, miserias y horrores no habría ahorrado al género humano quien, arrancando las estacas o rellenando la zanja, hubiera gritado a sus semejantes: “¡Guardaos de escuchar a este impostor!; estáis perdidos si olvidáis que los frutos son de todos y que la tierra no es de nadie”.

Con estas dos palabras, una sobre Eduardo Bello y otra sobre Rousseau y la desigualdad social, puse fin a mi intervención en el acto inaugural del Congreso.

Este ha sido el único Congreso Internacional que se ha celebrado en España con motivo del tercer centenario del nacimiento de Rousseau. En él han intervenido algunos de los mayores especialistas del mundo en el pensamiento de la Ilustración, y especialmente en la obra polifacética de Jean-Jacques Rousseau. Como es bien sabido, el ilustre “ciudadano de Ginebra” fue músico, filósofo, legislador, escritor, botánico y colaborador de la gran Encyclopédie dirigida por D’Alembert y Diderot. Durante los últimos 250 años, su obra ha tenido una enorme influencia en los más diversos países de Europa y América, y en los más diversos campos del pensamiento, la política, la educación, la música y la literatura. Por eso, no es de extrañar que el tema elegido para el Congreso Internacional celebrado en Murcia haya sido “El legado de Rousseau en el siglo XXI”. Y tampoco es de extrañar que en él hayan intervenido historiadores, filólogos, filósofos, juristas, politólogos, sociólogos y músicos. De hecho, el Congreso estaba dividido en cuatro secciones temáticas: 1) Conciencia y confesión en Rousseau: Individuo, subjetividad, naturaleza humana, educación; 2) Rousseau ciudadano de Ginebra: Sociedad, pueblo, Estado, soberanía; 3) Rousseau creador: Imaginación, ensoñación, literatura, música; y 4) La recepción de Rousseau en España e Iberoamérica.

Las tres conferencias plenarias estuvieron a cargo de tres eminentes especialistas: Jonathan Israel (Institute for Advanced Stud, Princeton) dio una magnífica conferencia inaugural titulada “Rousseau, el deísmo y la providencia divina”, en la que analizó la compleja posición intelectual de Rousseau, a medio camino entre la Ilustración “radical”, la “moderada” y la “anti-Ilustración”; Tanguy L'Aminot (U. Paris IV-Sorbonne y Équipe Rousseau, CNRS, París) expuso con mucho rigor la “Recepción de Rousseau en los últimos años: evolución de la investigación”; e Yves Vargas (Groupe d'Etudes du Materialisme Rationnel y Équipe Rousseau), hijo de exiliados republicanos españoles, que clausuró el Congreso con la brillante conferencia “Rousseau y Mandeville: la economía ideológica”, en la que contrapuso de forma muy convincente al “primer filósofo del capitalismo” (Mandeville) y a uno de sus primeros críticos (Rousseau).

El Congreso contó también con ocho ponentes invitados: María José Villaverde (U. Complutense), Alicia Villar (U. Pontificia Comillas), Catherine Labro (Équipe Rousseau del CNRS), Catriona Seth (U. de Nancy), Francisco Jarauta (U. de Murcia), Juan Ibeas (U. de País Vasco), Lydia Vázquez (U. del País Vasco) y Sergio Sevilla (U. de Valencia). Además, hubo trece mesas con más de cuarenta comunicaciones, presentadas por especialistas de diversos países de Europa y América: España, Francia, Suiza, Italia, Rusia, México, Colombia, Venezuela, Brasil, Argentina y Estados Unidos. A los conferenciantes, ponentes y comunicantes mencionados, hay que añadir los numerosos asistentes que participaron en los debates. En total, hubo 105 inscritos en el Congreso.

Y por si todo lo anterior no fuera suficiente, en el marco del Congreso se celebró también el concierto Las músicas de Rousseau (“Les consolations des misères de ma vie” y fragmentos de la ópera “Le devin du village”), en la ovalada iglesia de San Juan de Dios, de Murcia. La entrada era libre y asistieron más de ciento cincuenta personas. El concierto fue organizado por José Dionisio Espejo Paredes (profesor de Filosofía en el IES de Torre Pacheco, Murcia), y estuvo a cargo de seis jóvenes músicos (maestros en otros tantos instrumentos: clave, flauta, guitarra, violín, viola y violoncelo) y dos experimentados cantantes: la soprano Gloria Sánchez y el tenor Martín Armas.

Todos los participantes elogiaron la excelente organización del Congreso, se congratularon ante la cantidad, calidad y diversidad de los textos presentados y de los debates mantenidos durante tres días, y se sorprendieron al escuchar la sencilla y melodiosa música de Rousseau.

En el acto de clausura, los coordinadores del Congreso anunciamos nuestra intención de editar todos los textos presentados, la grabación del concierto e incluso las partituras de la música de Rousseau. Además, anunciamos la creación de una red iberoamericana de investigadores en la obra de Jean-Jacques Rousseau, coordinada por Aina López Yáñez (U. Complutense de Madrid).

En resumen, este Congreso Internacional III Centenario de Jean-Jacques Rousseau (1712-2012) ha sido un acontecimiento intelectual memorable y es de esperar que la publicación de las actas, el concierto y las partituras, así como la constitución de la red iberoamericana de investigadores rousseaunianos, dejen buena constancia de ello.

Última actualización: octubre_2012 23/10/2012 09:23

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  • Última modificación: 2012/10/23 17:47
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