27 Mar

Algunos pensamientos que me gustan

 

“Y, por «filósofo» entendía un hombre que piensa por sí mismo, tomando como objeto de su pensamiento la experiencia que tiene de sí mismo, de los demás y del mundo; que se informa de lo que piensan o de lo que pensaron antes que él los demás filósofos; que es consciente de las trampas que tiende el lenguaje y, en consecuencia, lo utiliza de un modo crítico”.

J. F. BILLETER: Cuatro lecturas sobre Zhuangzi, Madrid, Siruela, 2003, p. 19

 

“No filosofamos porque queramos adquirir una forma de conocimiento esotérico de un tipo nuevo, sino más bien porque, como dice Wittgenstein, no sabemos muy bien dónde estamos”.

J. BOUVERESSE: Le philosophe et le réel, París, Hachette, 1998, p.124

 

“Defender la razón y el intelecto no es lo mismo que ser intelectualista. Y creo que, no sólo en lo que a mí concierne, las aceptaciones y los rechazos tienen casi siempre inicialmente algo de cuasi-instintivo. […] una vez que se ha empezado a resistir, hay que ser capaz, tanto como sea posible, de decir por qué, aun cuando no se llegue necesariamente al instante a dar razones del todo convincentes. Uno no puede remitirse únicamente a sus reacciones instintivas, ni tampoco a las razones que tiene necesidad de darse a él mismo. Pues incluso cuando uno tiene algunas razones suficientes para uno mismo, está obligado a decirse que, si las expusiera públicamente, no habrían de constituir necesariamente justificaciones convincentes.”

J. BOUVERESSE: Le philosophe et le réel, París, Hachette, 1998, pp. 20-21

 

“Algunos decían que el arte de una época de prisas sería breve, como los que predecían antes de la guerra que ésta sería corta. Del mismo modo, el ferrocarril debía matar la contemplación, era inútil añorar el tiempo de las diligencias, pero el automóvil cumple su función y para de nuevo a los turistas ante las iglesias abandonadas.”

M. PROUST: A la busca del tiempo perdido, Madrid, Valdemar, 2007, p. 769

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Illiers-Combray, verano de 2011. Foto mía.

 

“Y he aquí una razón de por qué la estética es importante, no sólo para nuestra comprensión de la experiencia estética, sino para la investigación filosófica en general. Puesto que esos conceptos densos, ricamente estratificados, entretejidos socialmente, históricamente condicionados, dinámicamente cambiantes, que cobran su sentido sólo en y mediante ejemplos, son el tipo de conceptos que necesitamos tener en la vanguardia de nuestras mentes cuando pensamos de manera general, como la filosofía requiere hacerlo, en el pensamiento humano y en su capacidad para la formación de conceptos.”

Ian GROUND: “Reflexions al voltant de l’art contemporani”, en Quaderns de Filosofia i Ciència, nº 38, 2008, pp. 84-85.

http://www.uv.es/sfpv/quadern_textos/v38p79-86.pdf

 

“Además, la estética, en tanto que disciplina, toma como un dato que los particulares así concebidos puedan ser fuentes de valor y, aunque sea críticamente, fuentes de conocimiento. Esto es, que hay un valor a encontrar en ellos y que conocemos algo nuevo a partir de nuestra experiencia de esta frase musical particular, o de este giro en la frase de un gran novelista, o de este agrupamiento particular de nubes en un día cubierto.

En esto, la estética se posiciona frente a una larga y profunda tradición de la filosofía occidental. Una tradición que ha considerado los particulares del mundo, las cosas que percibimos, como objetos de conocimiento, u oportunidades de conocimiento, o como el resultado del conocimiento, pero nunca, mientras sean experimentados como particulares, como genuinas fuentes de conocimiento. En nuestra tradición, sólo en conjunción con la razón, los principios o la generalización, nuestra experiencia de particulares en el mundo puede conducir a eso que llamamos conocimiento. Esta es la fuente del persistente dualismo de percepción y conocimiento que, según propongo, ha aquejado a nuestras tradiciones filosóficas y que la estética reta.”

Ian GROUND: “Reflexions al voltant de l’art contemporani”, en Quaderns de Filosofia i Ciència, nº 38, 2008, pp. 85-86.

http://www.uv.es/sfpv/quadern_textos/v38p79-86.pdf

 

“Así pues, este ensayo es, en parte, un ensayo de dejar de hacer filosofía del arte, en un sentido de filosofía, y un alegato en favor de desenredar las preguntas que queremos hacer sobre arte y la comprensión de ello que demandamos a partir de las preguntas y teorías filosóficas. Sin embargo, no he dejado de hacer filosofía en ese otro sentido de la palabra que busca una visión clara de nuestro lenguaje y nuestra vida, e intenta mostrar por dónde transcurre el camino correcto y señalar cuáles son las bocacalles equivocadas. Pero habrá que señalar siempre las bocacalles equivocadas porque siempre se construirán otras nuevas. Bajo esta luz, veo lo que he escrito simplemente como una escaramuza en la constante batalla contra el embrujo de nuestra inteligencia.”

B.R. TILGHMAN: Pero, ¿es esto arte?, Valencia, Publicaciones de la Universidad de Valencia, colección “Estética & Crítica”, 2005, pp. 242-243.

 

“La filosofía es una lucha contra el embrujo de nuestro entendimiento por medio de nuestro lenguaje.”

L. WITTGENSTEIN: Investigaciones filosóficas, Barcelona, Crítica, 1988, § 109.