Pequeña biografía intelectual
Nací en Archivel (Murcia) en 1964, aunque mis raíces son valencianas. Mi enseñanza primaria (1970-1978) siguió el periplo profesional de mis padres (maestros): Archivel, Alginet y Foios. Estudié bachillerato (1978-1982) en el I.N.B. de Massamagrell (Valencia), donde tuve como profesores a Vicent Salvador, Manuel Ardit o Josep Corell, entre otros.
Simultaneé estudios universitarios de Magisterio (especialidad en Filología Francesa, 1982-1985), Filología Hispánica (especialidades de Literatura Española, 1982-1987, y Lenguajes Audiovisuales-Cine y Radiotelevisión, 1982-1988) y Filosofía (1985-1988) en la Universidad de Valencia. Obtuve la titulación de Diplomado o Licenciado en todos ellos con excelentes calificaciones. Posteriormente obtuve las titulaciones de Técnico especialista en Imagen y Sonido (por el Instituto de F.P. San Juan de Alicante) en 1989 y de Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Valencia (2002).
Tras finalizar mi Licenciatura en Filosofía obtuve una Beca de Investigación FPI del Ministerio de Educación y Ciencia que me vinculó al Área de Estética y Teoría de las Artes del Departamento de Filosofía de la Universidad de Valencia durante los años 1989-1992.
Las razones que hay debajo de una formación tan extraordinariamente interdisciplinar son muy diversas. Algunas son familiares o de amistad, otras burocráticas o de aspiraciones laborales. Pero lo bien cierto es que respondía a tres factores principales: primero, una enorme avidez de aprendizaje e investigación en diversos terrenos, segundo, una concepción de los saberes mucho menos compartimentada de lo que ofrecía por entonces la universidad española, y tercero, una vocación docente heredada, sin duda, de mis padres y profesores.
Las consecuencias. Primera: mi predilección por la filosofía, y particularmente por la estética filosófica, estaba marcada por esa formación interdisciplinar que hacía del cine, la literatura o la fotografía objetos particularmente interesantes para la reflexión estético-filosófica (además de otros objetos más tradicionales) y hacía de las metodologías y conceptos de otras disciplinas (como la filología o el análisis fílmico) excelentes complementos de la especulación filosófica; a este respecto, encontré muy pronto en el Prof. Román de la Calle y el Área de Estética y Teoría de las Artes que dirigía el apoyo y la acogida que necesitaba. Segunda: mi familiaridad con los conceptos y problemas del lenguaje tuvo mucho que ver con mi interés por Wittgenstein y la perspectiva analítica, de cuya introducción en España fue la Universidad de Valencia un foco pionero de la mano del llamado ‘Círculo de Valencia’, alrededor de la revista Teorema, en los años 60 y 70; un desarrollo académico de ese foco fue el Departamento de Metafísica y Teoría del Conocimiento, en una Facultad en la que coincidían, en mi época de estudiante e investigador, veteranos como Fernando Montero o Josep Lluís Blasco y jóvenes profesores como Josep Corbí, Josep Lluís Prades, Tobies Grimaltos o Nicolás Sánchez Durá, entre muchos otros. En lo filosófico, mis intereses estaban mucho más próximos a los suyos que a las líneas de investigación de mi Área.
Tras los estudios de doctorado en el programa “Arte y realidad”, emprendí mi tesis doctoral titulada La estética desde el pensamiento filosófico del segundo Wittgenstein bajo la dirección del Prof. Román de la Calle. Las ayudas para estancias en el extranjero de mi Beca FPI me permitieron disfrutar del asesoramiento personal de dos grandes especialistas internacionales: el Prof. Jacques Bouveresse (por entonces aún profesor en Paris 1 Panthéon-Sorbonne, nombrado poco después profesor del Collège de France) y el Prof. Benjamin R. Tilghman (en Kansas State University, EE.UU.).
En 1991 defendí mi tesis doctoral en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Valencia ante un tribunal presidido por Jacques Bouveresse e integrado además por Josep Corbí, Diego Romero de Solís, José Vicente Selma y Nicolás Sánchez Durá. Recibió la máxima calificación de Apto Cum Laude por unanimidad.
Mis primeras experiencias docentes, además del preceptivo CAP (Curso de Aptitud Pedagógica), fueron la impartición de seminarios especializados sobre estética wittgensteiniana en la Facultad y una substitución como profesor de Formación Profesional en San Juan (Alicante). Muy pronto me invitaron a colaborar en el diseño de la estructura y la programación de asignaturas de la recién nacida Escuela Superior de Fotografía e Imagen del CEU San Pablo de Valencia (por entonces, un centro privado adscrito a la Universidad Politécnica de Valencia). Con el tiempo, pasaría también a colaborar como profesor de diversas asignaturas en la Escuela Superior de Diseño Industrial, en la Licenciatura de Ciencias de la Imagen Visual y Auditiva y en la Licenciatura de Ciencias Políticas. Durante más de diez años, mi labor docente en el CEU San Pablo de Valencia (en una etapa de la historia de esa institución singularmente caracterizados por la liberalidad ideológica y el alto prestigio de sus titulaciones) bien podía calificarse de ‘estética aplicada’. Se trataba de aplicar contenidos de base teórico-filosófica (combinados con el análisis y la historia de los diversos medios) a la formación de fotógrafos, licenciados en Imagen o diseñadores.
Además de la publicación de diversos artículos de carácter teórico, la reelaboración de algunos contenidos de mi tesis doctoral más otras ideas posteriores dieron lugar a mi libro Comprender en arte. Para una estética desde Wittgenstein (1995). Se trata de la primera (y única, por mucho tiempo) monografía en español sobre estética wittgensteiniana cuyos intereses y referencias principales entroncaban con los de una tradición de investigación estética hegemónica en el mundo anglosajón (la llamada estética analítica) pero escasamente conocida y cultivada en España. Muy pronto empieza a ser conocido y apreciado en los círculos especializados en estética no sólo en España, sino también, por ejemplo, en Francia (en 2006 ha visto la luz la traducción francesa publicada por la editorial L’Harmattan). Su originalidad consiste principalmente en el despliegue de la estructura dimensional de la comprensión estética (del comprender en arte) a partir de determinados conceptos clave de la filosofía del llamado segundo Wittgenstein (perplejidad, descripciones suplementarias, representación sinóptica, ver como, etc).
Mi dedicación a la estética wittgensteiniana da como resultado, desde los años 90, diversas publicaciones, algunas centradas directamente en la obra y el pensamiento de L. Wittgenstein y otras que tienen por objeto la introducción y la difusión en el ámbito hispanohablante de especialistas en Wittgenstein tan reputados como J. Bouveresse o B.R. Tilghman. Así, destaca la publicación en 1993 de Wittgenstein y la estética (traducción, introducción y notas, con J.J. Marzal, de los dos capítulos finales de Bouveresse, J.: Wittgenstein: la rime et la raison), en 1996 Al voltant del color (que incluye mi traducción del alemán al catalán de las Observaciones sobre los colores de Wittgenstein más la traducción catalana del texto de J. Bouveresse “La pregunta ‘què es el color?’, la ciència, la filosofia i la resposta de Wittgenstein”), o, ya en 2005, Pero, ¿es esto arte? (traducción y edición crítica del original inglés de B.R. Tilghman, precedida de un amplio estudio preliminar sobre el contexto en la estética analítica), por no citar una larga serie de artículos y capítulos de libro sobre la cuestión. El libro de I. Ground ¿Arte o chorrada? (traducción mía de su Art or Bunk?) publicado en 2008 es, de hecho, una provocativa introducción a la teoría del arte atravesada por invisibles raíces analíticas.
Paralelamente (pero en íntima relación con lo anterior) he desarrollado una tarea de investigación, publicación y coordinación editorial en el terreno de la estética, teoría, historia y análisis de la imagen (y especialmente de los medios audiovisuales). Además de las publicaciones en forma de libros, artículos y capítulos de libro que recojo al final, he de destacar mi papel como Co-Director (con J.J. Marzal), autor y miembro del Comité Editorial de la colección “Guías para ver y analizar películas” publicada por las editoriales Nau Llibres / Octaedro desde el año 1991. Se trata de una colección de estudios monográficos sobre películas (tanto clásicas como actuales) que conjugan contextualización, análisis textual e interpretación, compatibilizando rigor con accesibilidad. Es una colección firmemente consolidada (más de 75 títulos en el mercado hasta hoy), conocida y prestigiada, tanto en los círculos especializados académicos y docentes como en los de los lectores no especialistas. Su aparición marcó un hito importante en el ámbito de los estudios sobre películas, no sólo por la solidez y equilibrio de la estructura común de los libros de la colección en su abordaje de la ‘estética cinematográfica’ de films concretos, sino también por ocupar un espacio intermedio, aún inexplotado, entre los estudios académicos hiperespecializados, por una parte, y las necesidades y accesibilidad de docentes y lectores no especialistas, por otra, muy por encima de los productos editoriales de mera divulgación.
En el fondo de esta segunda vertiente late una convicción nada ajena a la estética wittgensteiniana: la idea de que los problemas estéticos surgen de la praxis del arte (en la tarea del artista, espectador, crítico, historiador, etc.) y que su disolución tiene por objeto retornarnos a la praxis.
Un punto de inflexión en mi carrera académica fue mi acceso por concurso-oposición a la plaza de Profesor Titular de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad de Murcia en el año 2001. Esta circunstancia me permitió el retorno como enseñante al lugar ‘natural’ de mis inquietudes investigadoras y docentes (una Facultad de Filosofía). Me permitió también concentrar esfuerzos y acotar objetos, sin perder las marcas de identidad de mi formación interdisciplinar. Pero sobre todo me permitió encontrar mi sitio en un reducido (y excepcional) ámbito universitario de personas, intereses, actividades y relaciones que se adecuaban muy bien a mis inquietudes: ARESMUR, el Área de Estética y Teoría de las Artes de la UMU (de la que formo parte junto con mis colegas Francisca Pérez Carreño, María José Alcaraz y Matilde Carrasco). Desde mi incorporación he participado en numerosos Proyectos de Investigación financiados de ámbito estatal y de ámbito regional (siendo IP de uno de ellos), he colaborado y participado en el desarrollo de numerosos congresos y seminarios (entre los que destacaré el Congreso Internacional sobre A. Danto en Murcia en 2003, el Congreso Internacional de la SEFA de 2004, diversas ediciones del Seminario Interuniversitario sobre Arte, Mente y Moralidad, o el V Congreso Mediterráneo de Estética de 2011). Participo en el Seminario Permanente y las reuniones regulares del grupo de lectura creado en torno a nuestra Área en Murcia (ver www.um.es/aresmur) y en los encuentros científicos anuales con otros investigadores nacionales e internacionales en las universidades de Madrid, Barcelona y País Vasco (principalmente) con los que nuestra Área mantiene estrecha relación. He formado parte de la sección murciana del grupo interuniversitario de investigación Phrónesis (constituido fundamentalmente por investigadores de las universidades de Valencia y Murcia, además de otras universidades europeas). En el año 2007 he realizado estancias como profesor invitado en las universidades de Paris 1 (Panthéon-Sorbonne) y Sunderland (R.U.). A la estrecha y continua colaboración que nuestra Área ha mantenido y mantiene con la ESA (European Society for Aesthetics, cuya presidencia ha ostentado durante bastantes años Francisca Pérez Carreño), se suma la colaboración reciente con el Seminario Europeo de Estética , una red una red consolidada de académicos investigadores de prestigiosas universidades europeas (Roskilde University, Université Catolique de Louvain, Università degli Studi di Milano, Université de Nice-Sophia Antipolis, Universidade Nova de Lisboa y Universidad de Murcia, a la que represento).
He codirigido (con J.M. Company) una tesis doctoral sobre la obra de Tim Burton defendida por Lucía Solaz y otra tesis (con E. Santos) sobre arte y ecología defendida por Antonio José García (Premio Extraordinario de Doctorado 2014), he dirigido una tesis doctoral sobre la obra de Jim Jarmusch defendida por Gabriel Ródenas, otra sobre estética del diseño defendida por Lucía Jiménez y multitud de trabajos de DEA, tesis de Máster y TFM sobre diferentes temas estético-filosóficos (la arquitectura, la performance, el cine documental, la música de Mompou o Albéniz, o las mujeres compositoras), en articulación con los diversos programas de doctorado de esta y otras universidades en que he participado y participo. He participado y participo también en diversos másters y doctorados de mi Universidad y de otras universidades impartiendo asignaturas que combinan siempre la reflexión estético-filosófica con territorios concretos como el cine, la literatura o la música.
Desde el mes de mayo de 2021 soy, por concurso-oposición, Catedrático de Estética y Teoría de las Artes en el Departamento de Filosofía de la Universidad de Murcia.
Mis intereses investigadores más recientes han sido la imagen mnemónica (o recuerdo en imágenes) en su relación con lo estético y artístico, así como la naturaleza, análisis y problemas del documental. Ambas vertientes confluyen en mi libro más reciente, Como si lo estuviera viendo (El recuerdo en imágenes) de 2010. Por otra parte, preparo un libro que condense y desarrolle una perspectiva aspectualista en lo concerniente a la comprensión en arte, en línea con la estela wittgensteiniana de Comprender en arte, pero incorporando las nuevas ideas que he ido trabajando en mis últimos artículos y ponencias (para los congresos de European Society for Aesthetics, por ejemplo).
En cuanto a mi orientación filosófica (en caso de que lo anterior no sea suficiente para dar una idea aproximada), diré que me encuentro poco cómodo si se me intenta encasillar en la tradición denominada “analítica”. Por dos razones. Primera: siempre he reivindicado la vertiente más heterodoxa y periférica (y hasta extranjera) de dicha tradición (Bouveresse, Tilghman, Ground…) en mi interpretación poco analítica, en ese sentido, de la herencia wittgensteiniana. Segunda: soy de los que piensan que el término analítico, convenientemente liberado del lastre del parroquianismo y de algunos vicios herméticos, no puede remitir hoy más que a un modo muy genérico de escritura filosófica caracterizado simplemente por cierta claridad en la exposición y debate de los argumentos, al margen de cualquier determinación de dogmas, escuelas, herencias o temas. Reconozco, sin embargo, que la llamada estética analítica tiene bastante que ver con la respetabilidad de que goza actualmente la estética en el ámbito de la filosofía. Dicho lo cual, no encuentro más cercanía con los analíticos que con otras tradiciones o corrientes filosóficas actuales. Leo y discuto a quien me interesa filosóficamente, sin mirar etiquetas.